El Señor Jesús Revela cuál es el Plan de Dios para cada uno de nosotros, los seres humanos, en el Evangelio de Juan 17, versículos del 1 al 6
“Estas cosas Habló Jesús, y alzando los Ojos al Cielo…” Juan 17:1
- Yo le voy a enseñar una cosa, cuando vaya a la Universal, usted debe interactuar en la Reunión con el pastor, el orador, el obrero, expresar su fe, porque la fe es abstracta, la fe no se siente, la fe no se “ve” ni se toca, por eso está Escrito que la fe sin obras es muerta.
Por ejemplo, ¿Había necesidad de que Señor Jesús mirara al Cielo? No, pero Él lo hizo. La Cadena de Oración es algo Bíblico, está escrito en el versículo 23 del capítulo 7 del libro de Ezequiel:
“Haz la cadena, porque la Tierra está llena de crímenes sangrientos y la ciudad llena de violencia”. Ezequiel 7:23
Si usted no quiere creer es problema suyo, pero está Escrito. Dios trabaja con propósitos, con Cadenas – perseverancia. Ahora, si usted quiere creer a su manera va a seguir sufriendo a su manera y después no Le eche la culpa a Jesús. Él no es Quien causa ningún tipo de sufrimiento, frustración o perturbación, derrota o acusación, Él no acusa, sino que Perdona. Siempre que yo, decidí dejar de mirar a los demás, me miré a mí mismo, reconociendo mis imperfecciones y confesé mis, inclinaciones, pecados y Él entonces me Perdonó y perdona.
Vea que el Señor Jesús alzó los ojos y dijo:
“Padre, la hora ha llegado, Glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te Glorifique a Ti…” Juan 17:1
- Dios es Glorificado cuando nosotros pasamos a ser templo del Espíritu Santo, cuando usted recibe el Espíritu Santo en su cuerpo, que fue la Promesa de Jesús.
Y para que nosotros recibiéramos el Espíritu Santo, Jesús fue a la Cruz.
Él no fue al Cruz para curar, liberar, prosperar, transformar agua en vino, no, todo eso Él lo hizo antes de morir en la Cruz, incluso resucitó a los muertos. Sino, para perdonar y salvar a nuestra alma, para que el Espíritu Santo venga y habite en nosotros, fue por eso que Él fue a la Cruz. Y dijo “la hora ha llegado de entregarMe por ellos, para que ellos reciban el Mismo Espíritu que tengo”, cuando Dice: Glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te Glorifique a Ti…”.
Uno Glorifica a Dios en espíritu y en verdad, cuando recibe el Espíritu Santo.
Con el Espíritu Santo no será perfecto, usted seguirá siendo pecador, pero no seguirá en el pecado, aprenderá de sus propios errores, de los errores de los demás, madurará en la fe, vivirá una fe inteligente, racional y será llamado justo.
¿Qué significa justo? Justos son los que viven por la fe y no por lo que ven, sienten, oyen, o hacen, sino por lo que está escrito. “El justo por la fe vivirá” y “La fe viene por el oír, y el oír la Palabra de Dios” .
Con esta fe racional, uno se vuelve sordo para las muchas voces que nos hablan a la cabeza, al corazón y al oído, se vuelve sordo para las voces negativas del mal y atento para la Voz de Dios.
“… por cuanto Le diste Autoridad sobre todo ser humano para que dé Vida Eterna a todos los que Tú Le has dado”. Juan 17:2
- Quien viene a Jesús debe asumir su sanidad, su liberación, su superación de traumas, complejos, rencores, perdonando y siendo perdonado. Pero, sobre todo, este ser humano debe recibir Poder, Autoridad para tener Vida Eterna, certeza de la Salvación. Este Poder – Autoridad es el Espíritu Santo. Y Él, no nos permite tener miedo a los problemas, persecuciones, desafíos de lo cotidiano, ni a la muerte, pues estamos listos y ansiosos por entrar en la Eternidad.
Viviane y yo, hemos pasado por momentos de peligros en los que ambos hemos visto, uno en el otro, que no tememos a la muerte. Y testigos presenciaron este valor y los muchos peligros que sufrimos en la realización del Trabajo Misionario en África, en el este europeo, Israel, América del Sur, por amor a las almas.
No le tememos a la muerte, estamos envejeciendo alegres, felices, no intentamos ocultar nuestra vejez, porque estamos bien con la vida, con Dios, con nuestra alma, tenemos certeza de la Salvación, de que nuestra alma no va al infierno sino al Cielo, porque la entregamos y la mantenemos en las Manos de nuestro Señor Jesús.
La única cosa que conquistamos en vida y que llevamos con nosotros después de la muerte no es la pareja, hijos, títulos, cosas, bienes, conocimientos, sino la Salvación, que es la certeza de la Vida Eterna. ¿Usted ya la tiene la suya?
“Y esta es la Vida Eterna: que Te conozcan a Ti, el Único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a Quien has enviado”. Juan 17:3
- El Dios de Abraham, de Isaac y de Israel envió a Su Hijo Unigénito Jesús para que diera Su Vida por nosotros.
Jesucristo cumplió con todas las Leyes, con todos los Decretos y Mandamientos del Señor y en nada pecó, para Ser el Cordero de Dios y quitar nuestros pecados, iniquidad de los pecados de todo ser humano que se arrepienta, no importa quién sea o lo que haya hecho, no importa su nacionalidad o nivel cultural o social. Jesús Perdona y les da Vida Eterna – Salvación.
Dios Lo envió para que fuera el Primogénito. Jesús era el Único Hijo, pero después de que Murió en la Cruz y Resucitó al tercer día, se volvió el Primogénito. El Primero de muchos hijos que también resucitaron espiritualmente para vivir para Dios – el Padre.
Esto no es religión o denominación, filosofía o buena idea, el Señor Jesús no está Hablando de tradiciones humanas, y sí del Plan Divino: “Acepta Mi Sacrificio por ti, entrega tu vida por Mí y serás Perdonado y Salvo. Disfrutarás de la vida en su totalidad y en su plenitud con Mi Bendición y serás la pareja, el hijo, el patrón, el ciudadano, el cristiano que debes ser…”
Dicho sea de paso: el cristiano no es un religioso, la palabra “cristiano” viene de Cristo, es ser el Ungido de Dios, que tiene la Unción del Espíritu Santo y les pasa esta Unción a los demás, como familiares, amigos y conocidos.
No mezcle las cosas, si no entiende saque sus dudas, pero no permita que el mal le robe la oportunidad de ser hijo de Él.
“Yo Te Glorifiqué en la Tierra, habiendo terminado la Obra que Me diste que Hiciera”. Juan 17:4
- Dios espera que terminemos la obra que Él nos confió. ¿Cuál es la obra que Dios le confió?
¿Es padre, hijo, profesional? Tenemos muchas responsabilidades, pero la obra principal es ser hijo de Dios. Manténgase firme y fiel a Él porque Él no lo defraudará.
Jesús murió en la Cruz por nosotros y Resucitó. Dos veces al mes le servimos la Santa Cena para que esté Casado con Dios, en Alianza con Él, no con la Iglesia ni con la religión ni con un hombre, sino con Aquel que dio la vida por usted, Resucitó por usted y envió al Espíritu Santo para que habite en usted y usted pueda terminar la obra que Él le confió como hijo de Dios y, consecuentemente, el padre, profesional, ciudadano, cristiano…
Quien no termina la obra, desiste y no va hasta el final es porque no asumió la autoridad como hijo de Dios. Porque Jesús dice:
“Y ahora, glorifícaMe Tú, Padre, junto a Ti, con la Gloria que tenía Contigo antes que el mundo existiera”. Juan 17:5
- Jesús estaba hablando del Espíritu Santo: “GlorifícaMe con el Espíritu Santo, cuando Yo estuve Contigo, desde el inicio, antes de la creación del mundo”.
El Señor planeó al ser humano para vivir en familia y no como enemigos.
Muchos ven a Dios como enemigo, causante de cosas horrorosas, cuando ocurre una desgracia Le echan la culpa a Dios, es una incoherencia, pero tienen la mente cauterizada, bloqueada.
La gloria del ser humano está en estar con Dios, conocerLo, servirLo, amarLo.
“He manifestado Tu Nombre a los hombres que del mundo Me diste; eran Tuyos y Me los diste, y han guardado Tu Palabra”. Juan 17:6
- Aquí está la señal de quien elige ser de Dios y quien no.
Quien elige ser de Dios elige guardar – practicar Su Palabra.
Desde Génesis, Éxodo, Deuteronomio hasta Apocalipsis, los Evangelios, las Epístolas, en todos estos se guardan Tu Palabra como Dijo Jesús, porque la Palabra de Dios en nosotros nos produce fe, nos disciplina, nos fortalece, nos educa. No se deje engañar, pasarán los Cielos y la Tierra, pero Sus Palabras no pasarán.
Allá en la Cruz, en agonía, Jesús miró y vio a Su madre, y le dijo a Juan que la cuidara, que ahora era como si fuera de él.
Él cumplió con todas las Leyes, incluso honrando a Su madre, a aquella que fuera usada como instrumento para darlo a luz, Él honró a la familia, honró a la Palabra de Dios, incluso en agonía.
Cuando el que antes lo insultaba Le pidió que se acordara de él cuando estuviera en Su Reino, le dijo que ese mismo día estaría con Él en el Paraíso y lo perdonó.
Estuvo allí, confió, incluso en agonía no blasfemó, no renegó, no maldijo, sino que Glorificó al Padre, porque el Espíritu Santo tenía en Él la libertad de usarlo.
Eso es lo que Él espera encontrar en cada uno de nosotros.
- Romanos 1:17 Porque en el Evangelio la Justicia de Dios se Revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ.
- Romanos 10:17 Así que la fe viene del oír, y el oír, por la Palabra de Cristo.
Obispo Júlio Freitas