“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes Mi nombre, y no has negado Mi fe, ni aun en los días en que Antipas Mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que Yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de Mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” (Apocalipsis 2:12-17)
Características de la iglesia de Pérgamo:
1) Habitaba en el lugar donde estaba el trono de Satanás.
2) Conservaba el nombre del Señor Jesucristo.
3) No negaba la fe en el Señor Jesús, aun en los peores días.
4) Permitía que hubiese entre sus miembros aquellos que sustentaban la doctrina de Balaam.
5) Permitía también la presencia de los que sustentaban la doctrina de los nicolaítas.
Pérgamo era una ciudad grande y antigua, capital política de Ásia. Centro literario y sede notable de la cultura helénica. Era famosa por su biblioteca, la más importante después de la de Alexandria. El pergamino, soporte para la escritura, muy superior al papiro egipcio, fue inventado allí. Tomó el nombre de la ciudad, después de que el rey de Egipto, celoso de la reputación literaria de Pérgamo, prohibió la exportación de papiro a la ciudad.
La iglesia de Pérgamo tenía sus cualidades, como tenía la iglesia de Éfeso. Pero, incluso así, sus pecados encubrieron esas cualidades, al punto de haber sido reprendida por el Señor Jesús.
Pérgamo era la sede del culto al emperador. Era obligatorio ofrecer incienso delante de una estatua, como si fuera Dios. Los cristianos de esa iglesia, que se rehusaban a esa práctica, eran considerados traidores y, consecuentemente, eran ejecutados. La ciudad estaba marcada por la idolatría, por el paganismo y por la perversidad. Había en ella un gran altar a Júpiter y también un famoso templo de Esculapio, el “dios” de la cura, adorado bajo la forma de una serpiente, símbolo de Satanás, al cual recurría gente de todas las partes del imperio. Estos hechos pueden configurar el trono de Satanás.
La referencia que el Señor Jesús hace a los días de Antipas, Su testigo y Su siervo fiel, significa días de profundo luto por los que sustentaban la fe cristiana y que, por eso mismo, fueron martirizados en el fuego, o lanzados a las fieras. Se cuenta que Antipas, uno de los principales pastores de la iglesia de Pérgamo, se rehusó a adorar al emperador y, por esa razón, fue puesto dentro del estómago de un buey de bronce y, enseguida, colocado en el fuego. Fue literalmente cocido. Su martirio acuñó a la iglesia de Pérgamo con su fama.
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