La lectura de la Escritura moldea el carácter, fortalece la fe y revela el propósito de Dios a cada ser humano
La Biblia es un verdadero manual para los que creen en su inspiración divina. Esta aconseja, corrige y moldea de acuerdo con los parámetros del Altísimo.
La importancia de leer:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…”, 2 Timoteo 3:16.
En realidad, ningún otro libro es capaz de explicar con detalles la creación del mundo, los dilemas de la vida y lo que le sucederá al hombre en la eternidad.
La Palabra de Dios habla con perfección, armonía y claridad sobre el pasado, el presente y el futuro. Además, solo Su Palabra logra reprender al ser humano de sus pecados y al mismo tiempo conducirlo al arrepentimiento y al cambio de actitud. Aunque el Creador haya usado a hombres, Él es el Autor del contenido de las Escrituras, inspirando a personas por medio de revelaciones dadas por Su Espíritu.
La Biblia es una enciclopedia divina, digna de confianza, y proporciona la receta de una vida feliz y exitosa. Esta es testigo de la voluntad del Altísimo para la humanidad.
Meditar en las Escrituras y compartir la fe es una orden directa del Señor Jesús:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”, Marcos 16:15.
Cumpliendo esta orientación, los discípulos del Padre tienen la misión de divulgar el Evangelio para que más personas sean transformadas y salvas.
Cada discípulo nuevo, bautizado y lleno del Espíritu Santo, tiene la autoridad de invadir el reino de las tinieblas y rescatar a los perdidos, desamparados y afligidos. Los oprimidos por el diablo están por todos lados y, delante de eso, necesitamos asumir la condición de siervos y ejecutar lo que el Señor Jesús nos mandó hacer.