Con el avance tecnológico nos beneficiamos en muchas áreas, pero muchas veces nos entretenemos y perdemos la conexión divina. Entonces dejamos de absorver la Santa Biblia para estar distraídas con cosas que nonos edifican.
El profeta Jeremías también vivió en una época en la que muchos oían la Palabra de Dios, pero La ignoraban para continuar con sus rutinas diarias. Él nos enseña cómo meditar y oír la voz del Padre: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Señor Dios de los ejércitos.”, (Jeremías 15:16)
Jeremías valoraba cada vez que Dios hablaba con él, para el profeta Su palabra era Sagrada.
El Señor Jesús definió la Palabra de Dios como “Espíritu y vida”, es por eso que jamás podrá ser comprendida de forma natural, sino solo a través de la fe.
La inteligencia humana no es lo suficientemente capaz de hacer que alguien entienda los misterios escondidos en la Palabra. Los misterios son revelados únicamente a quienes de hecho Lo aman y meditan en ella de día y de noche.
No desperdicie su tiempo y su vida distante de la voluntad de Dios revelada en las Escrituras. Todo lo que medite podrá ser aplicado y resultará en todas las áreas de su vida.
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