Situada en la provincia Columbia Británica, en la ciudad de Vancouver es la mayor del oeste y está considerada como uno de los mejores lugares de Canadá para vivir. Según un censo realizado recientemente, el lugar abriga una población de aproximadamente 603.502 habitantes, formados por un crisol de razas, culturas y lenguas.
A pesar de ser grande y muy atrayente, quien llega a la ciudad no puede ignorar el escenario de miseria y drogas de Hasting, calle entre los barros de Gastown y Chinatown, (foto) lugar que se asemeja a la extinguida “Cracolândia” del centro de San Pablo, en Brasil, o a cualquier otro centro de comercio y consumo de drogas de Latinoamérica. Personas tiradas en las calles, viven como mendigos, en búsqueda de dinero para sustentar los vicios. Muchos en esa situación, terminan sujetos a situaciones infrahumanas.
Presente en el país norteamericano desde 1993, en Toronto y Montreal, la Iglesia Universal del Reino de Dios no midió esfuerzos para ayudar también a los habitantes de Vancouver. Recientemente se abrió en la ciudad, un nuevo Cenáculo del Espíritu, el número 2, ubicado en 3475 de la Kingsway Avenue.
“Sabemos que todo en la vida tiene sus desafíos, pero todo se vence. Hay una gran expectativa de llevar una transformación de vida a esas personas, ya que aquí existen muchos jóvenes involucrados en las drogas y la prostitución. Muchos han buscado ayuda, pero no encontraron la solución. Nuestro propósito es llevar a esas personas a conocer el verdadero camino, que es Jesús, que también les llevará a una nueva vida. Sabemos que, una vez que esas personas acepten al Señor Jesús, encontrarán la vida feliz que tanto desean”, comentó el pastor Mike Hiller, responsable del trabajo evangelístico de la IURD en Vancouver.
Una nueva chance
El mismo cambio de vida proporcionado por el uso de la fe sobrenatural que sucedió en la vida de Lucia Azevedo (foto) ahora puede ser real en la vida de los que lleguen a la IURD en Vancouver.
Conocida en el pasado como la “reina de la samba”, Lucia cuenta que aun con el nombre que representa la alegría de tal fiesta, vivía de apariencias, ya que había llegado a planear su propia muerte.
“Conocí el trabajo de la Iglesia Universal del Reino de Dios hace 20 años atrás, en Brasil, pues mi hermana sabía que yo tenía muchos problemas y me invitó a concurrir a las reuniones de la IURD. Enseguida comencé a ir a las cadenas de liberación. Mi mente estaba totalmente bloqueada, no entendía nada de la Palabra. Parecía que estaba sorda. Todo estaba borrado en mis pensamientos. Recuerdo que si alguien me preguntaba lo que el pastor había terminado de predicar, yo no sabía responder ni recordaba sus palabras”, recuerda.
Aun entiendo experiencias con Dios durante el período que asistió a la IURD, Lucia cuenta que terminó apartándose de la fe. Decidida a encontrar la felicidad por cuenta propia, salió del país sin saber el sufrimiento que la esperaba. “Fui a Canadá con una gran expectativa de cambiar de vida, pero, para mi sorpresa, mi vida se desmoronó totalmente. Puedo afirmar que llegué al fondo del pozo”, revela.
La ex reina de la samba comenzó a beber, volviéndose depresiva. “Tenía el deseo de morir y llegué a planear saltar del puente Lions Gate. Me quedaba en el balcón llorando de día y de noche, mirando el puente y pensando cómo iba a hacer para saltar sin llamar la atención de la gente”, lamenta.
En esta situación, Lucia volvió a Brasil, donde regresó al camino de la fe; decisión que cambió por completo su vida. “Decidí bautizarme en las aguas y, ni bien regresé a Canadá, comencé a seguir el trabajo por IURD TV. Como resultado de esta actitud, no tengo más deseos de morir y todos los problemas fueron solucionados. Ahora duermo en paz, porque tengo al Señor Jesús en mi corazón. Sin contar la alegría de tener una IURD aquí en Vancouver, que me ha brindado un aprendizaje cada vez mayor en los pasos de Jesús”, finaliza celebrando por el nuevo templo que se abrió.