Desde el 1° de septiembre, la Universal realiza un fuerte propósito de oración y súplica de rodillas por la justicia, en memoria al acto del profeta Daniel, descripto en su libro, en la Santa Biblia, en el capítulo 6, versículos del 1 al 28.
“PARECIÓ BIEN a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.” Daniel 6:1-5
El capítulo seis del libro de Daniel destaca el valor de su integridad moral y espiritual y el de sus amigos durante el reinado de Darío. Cuando fue acusado, Daniel ya era anciano, sin embargo, su fe en Dios y su fidelidad permanecieron inquebrantables, incluso delante de las falsas denuncias y de la condenación que enfrentó.
La injusticia de los hombres
Daniel no se estremeció con el decreto, al contrario, como de costumbre, el profeta oraba tres veces al día en su habitación.
Como parte de la conspiración, los hombres vigilaban al profeta Daniel y, cuando lo encontraron orando a Dios, fueron a contarle al rey.
Al escuchar sobre la “desobediencia” del profeta, el rey Darío quedó muy triste e intentó salvarlo hasta el fin del día. Sin embargo, los hombres que tramaron contra Daniel trataron de garantizar que el decreto se cumpliera. De esta manera, Daniel fue lanzado a la cueva de los leones.
La justicia de Dios
En aquel día, el rey fue a su casa y no logró dormir a la noche. Cuando amaneció, el rey se levantó deprisa y se dirigió a la cueva de los leones. Afligido, el rey le dijo al profeta que se acercara a la cueva. Al escuchar el llamado del rey, Daniel le respondió que Dios había enviado a Su ángel para cerrar la boca de los leones. El rey se quedó muy alegre y ordenó que sacaran a Daniel de la cueva. Darío, por otro lado, ordenó que los que se levantaron contra Daniel, junto a sus familias, fueran lanzados a la cueva de los leones. Finalmente, el rey editó un decreto para que todos temieran y reverenciaran al Dios de Daniel.
El Justo Juez
El Dios de los tiempos bíblicos es el mismo en los días actuales. Dios es justo y Sus hijos son guardados por Él. Así como Dios guardó la vida de Daniel y sus amigos, e hizo que la justicia se concretara, también quiere hacer justicia en su vida.
“Nosotros necesitamos la justicia Divina del Justo Juez, Aquel que juzga perfectamente, que hace justicia a Sus elegidos, que claman a Él día y noche. El Señor Jesús nos orientó a buscar el Reino de Dios y Su justicia. La perfecta justicia de Dios debe ser buscada. ¿Usted está dispuesto a buscarla?”, preguntó el obispo Renato Cardoso, durante el programa “Inteligencia y Fe”, de este lunes (2).
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Serán 15 días de oración por la Justicia de Dios. Si usted desea participar de este propósito de fe, busque la Universal más cercana a usted. Verifique aquí la dirección.