“Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a Él el tentador, y Le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
(Mateo 4:2-4)
A cada propuesta del mal, Jesús contrarrestaba, diciendo: “Está escrito”, completándolo con la Palabra que destruía la palabra de duda. Por eso, Él tenía propiedad para decir que el hombre vivirá de la Palabra que procede de la boca de Dios.
Incluso hoy, el diablo sopla palabras de duda. A partir de allí, la lucha se desarrolla dentro de usted, contra usted mismo. La palabra que debilita llega al fondo de su corazón. Allí está la mayor guerra de cada uno de nosotros.
Pero quien usa la inteligencia apela a la receta que Jesús nos enseñó. Él venció usando solo la Palabra. La Palabra de Dios es el pensamiento de Dios. Cuando comienza a usar el pensamiento de Dios contra los pensamientos de duda, usted comienza a vencer. Deje de pensar los pensamientos que el diablo ha soplado en su mente y verá el cambio en su vida.
Su vida cambia cuando sus pensamientos cambian. ¿Usted quiere tomar posesión de una vida transformada? Piense los pensamientos de Dios. Para mantenerse firme y alcanzar las promesas, se debe luchar esa batalla diaria, usando la receta infalible que el Señor Jesús enseñó. Los pensamientos de Dios, contra los pensamientos de duda. La convicción que nos mueve contra el miedo que nos paraliza. Esa elección solo usted puede hacerla. Debe hacerla hoy y a cada día de su vida, a cada nuevo paso que la fe le exija. ¿A cuál palabra va a oír? ¿A la voz de las tinieblas o a la voz de Dios?
Use la receta que Jesús nos enseñó: venza las dudas usando la Palabra de Dios.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo