Las amistades le dan alegría a nuestra vida. Algunas, sin embargo, nos provocan trastornos. Son amistades consideradas nocivas, que no son tan verdaderas como parecen y también entorpecen nuestro crecimiento personal.
No siempre es fácil ver ese comportamiento en alguien de nuestro círculo de amistades, pero es posible percibir algunos aspectos que lo delatan. Las personas tóxicas son las que influencian a los demás de forma negativa.
Una amistad tóxica puede causarle perjuicios a su vida. Pueden deprimirla, criticarla, hablar mal de los demás o incluso traicionar su confianza. Insistir en una relación así es como “tirarle perlas a los chanchos”. Tarde o temprano, esa persona la decepcionará o la lastimará.
Es importante tener una buena autoestima para que no sea necesario “mendigar” la atención de nadie. Esté preparada para no contaminarse y busque conversar sobre asuntos que sean edificantes y constructivos.
Una decisión inteligente
Las amistades tóxicas son tan negativas que pueden influenciarla a tener el mismo mal comportamiento. La escritora Viviane Freitas comenta que muchas jóvenes dicen que no tienen las mismas actitudes de esas malas amistades, pero las mantienen en su círculo social. “Pueden no hacer lo que ellas hacen, sin embargo apoyan o no les molestan sus errores. Es una cuestión de tiempo para que empiecen a cometer también los mismos errores”, alerta.
Ella señala que las amistades nocivas necesitan ser sacrificadas y que la decisión de permitir que sus palabras o acciones la influencien es suya.
¿Qué hacer para evitar ese tipo de amistades? Hablar poco e ir apartándose lentamente. Es necesario fortalecer su confianza en sí misma, ejercitar su capacidad de decir “no” sin sentirse culpable y no justificarse todo el tiempo.
Por eso, antes de acercarse a cualquiera buscando amistad, fortalezca su amor propio. Cuando usted se trata bien, es mucho más fácil elegir para su vida personas con comportamientos similares a los suyos. Sea amigable y generosa, pero jamás permita que alguien la haga sentir incómoda o le perjudique.
Una mala influencia
· Tiene actitudes que no condicen con las enseñanzas de Dios.
· Consume sus energías, solo la critica y desprecia.
· Actúa con egoísmo y solo habla de sí misma.
· Es negativa y pesimista.
· Culpa a los demás por sus problemas.
· Vive mintiendo o saboteando a los demás.
· Le gusta armar chusmerío.
· No guarda secretos.
· Traiciona la confianza de las personas más cercanas.
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