El pasado miércoles 29 de octubre, el obispo Djalma estuvo presente en Los Ángeles, California, para realizar la Noche de la Salvación.
Allí, el obispo predicó sobre los cuatro grupos de personas que participan en las reuniones de la iglesia: “Podemos representar a todas las personas que vienen a la iglesia dentro de cuatro grupos de 25 personas cada uno.
Jesús describe las características de estos 4 grupos en Mateo 13:18-23, a través de la Parábola del sembrador.
El 1° grupo está formado por las personas que vienen a la iglesia buscando algo específico, y cuando oyen la Palabra, no es lo que querían oír. Ellas no logran entender que esa Palabra va a suplir sus necesidades; entonces el propio Satanás viene y les arrebata la Palabra que fue
sembrada en su corazón.
El 2° grupo son las persona que vienen a la iglesia e incluso recibe un milagro; a ellas les encanta estar en la iglesia y se llenan de emoción, pero cuando viene la aflicción, la persecución y los problemas, tropiezan.
En el 3° grupo están las personas que oyeron la Palabra, pero, las preocupaciones del mundo y sus ambiciones ahogan a la Palabra y la tornan infructuosa.
El 4° y último grupo está formado por personas que oyen con humildad y hacen de todo para entender la Palabra del Único Salvador que puede restaurar sus vidas, y dan fruto.
De manera general, de cada 100 personas que oyen la Palabra, solo 25 la oyen, la entienden, se entregan y dan fruto. Y aun así, entre estos que oyen y entienden, habrá diferencia en los frutos, que podrán ser a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
¿En qué grupo está usted? Si usted está en alguno de los 3 primeros grupos, deberá cambiarse al 4º, donde hay buena tierra, y buenos ojos.
Hay personas cuyo corazón no es buena tierra, por causa de sus malos ojos, en todo ven errores, y se olvidan de que Perfecto hay solamente Uno. Y debemos mirarlo solo a Él.
Ahora vamos a analizar solamente a las 25 personas del 4° Grupo.
Jesús dijo: ‘Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.’, (Mateo 22:14). Supongamos que de esas 25, solo diez son escogidas.
En una oportunidad, Jesús sanó a diez leprosos. La fe de nueve de ellos alcanzó solo la cura a través de la Palabra. Pero la fe de uno de ellos, hizo que volviera y se postrara a los pies de Jesús, glorificándolo. Y Jesús le dijo: ‘Vete, tu fe te ha salvado’. La fe de ese uno entre los diez fue para su sanidad, pero también para la conquista de su salvación.
Analice su condición espiritual, más que su condición económica, familiar o sentimental. Pues la fe en la Palabra no es solamente para ser curado o para prosperar, sino principalmente para conquistar la salvación”.
Los presentes comprendieron la necesidad de usar su fe principalmente para alcanzar su salvación y se entregaron a Dios, buscándolo con sinceridad y en espíritu.