“Babilonia” es una palabra utilizada en los días de hoy para referirse a la “corrupción de valores” o a la “suciedad moral”.
Esto se debe a que en el origen de esta palabra hubo un momento en la historia de la humanidad en el que el pueblo quiso construir una gigantesca torre como símbolo de poder, en una ciudad llamada Babel (o Babilonia), donde actualmente se encuentra Irak.
Los habitantes de ese lugar dijeron: “vamos a construir una ciudad, con una torre que alcance el cielo. Así nuestro nombre será famoso y no seremos dispersados sobre la faz de la Tierra”. Ellos estaban llenos de orgullo y eran muy envidiosos, por lo que querían ser más grandes que todos los otros pueblos, o incluso más grandes que Dios.
Las personas que formaban parte de ese pueblo hablaban el mismo idioma, estaban unidas por el propósito de dominar a los demás y a practicar las más terribles acciones contra todos para alcanzar ese objetivo.
Por lo tanto, Dios, viendo que todo eso era malo “confundió” su idioma – “Babel” que en hebreo significa algo así como “confusión” -, los separó por el mundo y la torre fue destruida.
La “Babilonia” de los días de hoy
En el mundo actual, las personas que actúan como los babilonios son aquellas que:
– Sienten envidia de los demás.
– Son orgullosas y le desean lo peor a los demás.
– Valoran la prostitución o el atractivo físico y sexual.
– Son codiciosas y quieren dinero, poder, fama por encima de cualquier cosa.
Por lo tanto, “Babilonia” está íntimamente ligada a la búsqueda del poder a cualquier precio y a la satisfacción de los propios deseos, aunque para eso sea necesario practicar cualquier maldad.
Entonces, piense por un momento:
Si un “babilonio” viviera con usted todos los días, deseándole el mal, usted, ¿se sentiría bien? ¿Estaría feliz por esto? Probablemente no.
Es por eso que debemos acercarnos a los buenos comportamientos, a los buenos valores, a las buenas enseñanzas y a personas de buen carácter todos los días.
Debemos acercarnos a lo que nos hace bien.
Por lo tanto, preste atención, sepa que los medios de comunicación enseñan. Usted, por ejemplo, puede aprender con películas y novelas. La cuestión es si los mismos van a enseñar cosas buenas o malas. Lamentablemente, la televisión en general, nos ha presentado un contenido que degrada a la familia como Dios la ha creado, distorsiona los valores cristianos y las enseñanzas que el Señor Jesús nos ha dejado, por eso, busque buenos contenidos.
La nueva novela “Los Diez Mandamientos”
Es por eso que usted debe ver la novela, “Los Diez Mandamientos”.
Se trata de una superproducción con calidad de cine sobre la historia de Moisés, ilustrada de una manera innovadora y sorprendente, con imágenes grabadas en el desierto de Atacama, en Chile, y también en Egipto (Incluyendo el Monte Sinaí, el Mar Rojo y el Río Nilo). La post-producción de las escenas se realizó en Hollywood (Estados Unidos). Usted no puede dejar de ver esta trama.
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