El obispo Macedo exhorta a través de IURD TV, sobre la importancia del cumplimiento de las promesas
El obispo Edir Macedo entró en vivo, en el programa de IURD TV, para dejar un mensaje a todos los internautas y oyentes de Red Aleluya, sobre la importancia del cumplimiento de algo que se promete, tanto de parte de Dios como también de parte de los hombres. Vea un extracto de lo hablado:
El valor de la Palabra
“Cuando la persona tiene el carácter de cumplir con lo que prometió, conoce el valor de Palabra de Dios, por el hecho de sostenerse en esa Palabra, difícilmente las dudas del diablo van a poder sobrepasar su fe. Al contrario, el mal queda atado solo por esa postura, por el comportamiento de fe en relación a la promesa de Dios.
Por eso cuando usted escucha a personas quejándose, lamentándose, sepa que son quienes con toda seguridad, no toman en serio la Palabra. Son personas resbaladizas, en un momento tienen una opinión y en otro momento tienen otra. Son aquellas que no logran afirmarse, parecen un ola de mar, que va y viene.”
Promesas eternas
“Incluso entre los bandidos existe la honra de la palabra, porque en el tráfico no hay un papel firmado, no hay un registro, ¿quién va a ser testigo de malos actos? Nadie. Pero ellos usan la Palabra, si el sujeto falla en su palabra, muere.
Si eso sucede entre las personas de este mundo, imagínese en el campo espiritual. ¿Dios podrá olvidarse de lo que prometió? Obviamente no, pues Él mismo fue quien dijo: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.” (Isaías 49.15-16).
Las promesas hechas por Dios, desde la época de Abraham son para siempre. Pero éstas solo se realizarán cuando encuentre a los receptores interesados en actuar la Palabra, en la fe.”
La Palabra de Dios no falla
“Mi amiga y mi amigo, el motivo por el cual su vida no camina es porque usted no se define, camina según las circunstancias que lo rodean. Por eso, si usted cree, vaya adelante porque Dios está con usted. Piénselo bien, aunque Dios sabía que Ismael no era el hijo de la promesa, Él lo bendijo tanto económicamente que, hasta en los días de hoy, los descendientes de Ismael están ahí. Dios hizo eso por la palabra empeñada a Abraham, no podía fallar.
La propia Biblia dice que no debemos ser apresurados al decir algo, para que no nos volvamos prisioneros de lo que hemos dicho. Si nosotros confiamos en la Palabra de Dios, el mundo se va a despedazar y nosotros vamos a mantenernos de pie porque la Palabra se va a tener que cumplir.