«Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres. Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería este. Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y Le pondrás por Nombre Jesús. Este será Grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios Le dará el trono de su padre David…» Lucas 1:28-32