¿Cómo la iglesia o el cristiano pueden querer tener una “puerta abierta” para predicarle el Evangelio al mundo, si los mismos cristianos están atados a la televisión, a los videojuegos, a los vicios y a otras cosas más?
Los cristianos en Filadelfia se afirmaron en el Señor Jesús y no Lo negaron. Por eso, el Señor les prometió una puerta abierta: “…he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta…” (Apocalipsis 3:8). Podemos entender que esta puerta abierta tiene doble sentido. Está abierta para lo Alto:
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de Su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Hebreos 10:19-22)
Está también abierta para la prédica del Evangelio al mundo “… porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.” (1 Corintios 16:9)
Esta puerta estaba abierta para los cristianos de la iglesia en Filadelfia. Aunque el odio pagano intentase resistirse a los cristianos, la puerta estaba siempre abierta y nadie podía cerrarla. El Señor Jesús dice además: “He aquí, Yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que Yo te he amado.” (Apocalipsis 3:9)
Es interesante notar que las únicas iglesias que no tuvieron ningún tipo de reprensión, Esmirna y Filadelfia, tuvieron que enfrentar la oposición de aquellos que pertenecían a la sinagoga de Satanás.
¿Quiénes son los que se dicen ser judíos y no lo son? Sabemos que durante Su ministerio terrenal, el Señor Jesús tuvo que enfrentar a los judíos hipócritas. Y a ellos, entre otros “ays”, el Señor les dijo:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.” (Mateo 23:27-28)
Estos escribas y fariseos hipócritas profesaban aparentemente la misma fe de Abraham, pero fueron ellos mismos los que asesinaron al Hijo de Dios. Los que hoy pertenecen a la sinagoga de Satanás, que se dicen ser judíos y no lo son, también profesan la fe cristiana, pero mienten, porque su dios es el dinero y la posición social. De convertidos solo tienen el nombre.
Y son estos “hermanos” los que más han tenido envidia de la verdadera Obra de Dios. Y lo peor de todo, como el Judas de este tiempo final, se han asociado a Babilonia, a través del ecumenismo, y han creado grandes dificultades para el avance del Evangelio en todo el mundo.
Son como la cizaña en medio del trigo. Se muestran aparentando ser cristianos y conocen la Biblia como pocos, pero todo esto es solo para engañar a los ingenuos. En la realidad, intentan en vano cerrar la puerta que el Señor Jesús ha abierto para los verdaderos cristianos. El Señor dijo: “He aquí, Yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que Yo te he amado.” (Apocalipsis 3:9)
Esto ya es un hecho, pues muchos han dejado la “sinagoga de Satanás”, el “falso cristianismo” y se han convertido verdaderamente, dejando de lado la fe formal y muerta, apegándose a la comunión íntima y viva con el Señor Jesús.
Las dos iglesias irreprensibles tuvieron algo en común: a Judíos “de mentira” en su medio, los cuales formaban parte de la sinagoga de Satanás.
Esto nos hace pensar en las iglesias llenas del Espíritu Santo, atacadas constantemente por los falsos hermanos, mensajeros de Satanás, con el objetivo de promover el engaño y las falsas doctrinas entre los que son de Dios.
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