Todo el pánico y la preocupación que hay en el mundo tiene una razón principal: el miedo a la muerte. Las personas saben que algún día morirán, independientemente de la causa. Sin embargo, al escuchar que miles de personas han muerto recientemente, recuerdan que el cuerpo tiene una fecha de vencimiento.
Aunque muchos no lo noten, el alma sabe bien cuál será su destino final después de la muerte. Cuando hay pecado, el alma entiende que está condenada a vivir eternamente en el infierno. Por lo tanto, lo preocupante no es morir en la Tierra, sino el destino que le espera si se muere sin salvación.
El Único que salva
Si las personas supieran que Jesús no es una simple figura religiosa, sino que vino a salvar a la humanidad de la condenación eterna, no habría pánico ni preocupación como la que hay actualmente.
Si reconoce que sus pecados lo conducen a la condenación eterna, usted puede cambiar esta situación ahora, a través del arrepentimiento. Abandone las malas prácticas y actitudes, y entréguele su vida al Único que salva: el Señor Jesús.
“Y dará a luz un hijo, y llamarás Su nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21)