El divorcio nunca fue un plan de Dios, sin embargo, por la terquedad, la incesante repetición de errores y la obstinación de las personas, Él, a través de Moisés, permitió la carta de divorcio debido a la dureza del corazón del ser humano.
La buena noticia es que se pueden romper las paredes de piedra de un corazón duro. Por eso, aprende a perdonar, líbrate de tu pasado y salva tu matrimonio, en lugar de seguir creyendo que eres una simple víctima de las malas experiencias. Entiende cómo hacerlo al ver el video de arriba (14 minutos).