Uno de los grandes obstáculos en la relación de pareja es lidiar con el espacio del otro. A veces, para la pareja es difícil respetar y admitir que cada uno tenga un área, en la cual no haya interferencia de su compañero. Bien, para los hombres, eso puede ser muy importante para la felicidad.
No quiere decir, necesariamente, que el hombre deba dejar el matrimonio de lado, sino que reserve un espacio para sí mismo. Un estudio reciente, realizado por la Universidad de Oxford de Inglaterra, parece basarse en el tema. Los investigadores ingleses descubrieron que los hombres son más felices cuando se reúnen con amigos.
Entre las actividades recomendadas está jugar al fútbol y encontrarse con sus amigos para conversar dos veces por semana. Según la investigación, los hombres que mantienen grupos sociales son más saludables, se recuperan de enfermedades más rápidamente y tienden a ser más generosos.
La investigación reveló también que ellos gastan un quinto del día interactuando socialmente con aproximadamente 150 personas en las redes sociales, mensajes de texto y conversaciones telefónicas. Aun así, los beneficios solo se producen en los encuentros en vivo.
El lado femenino
Sin embargo, el estudio no aborda la incomodidad femenina ante esta situación, ya que muchas mujeres suelen quejarse de que sus maridos les prestan más atención a sus amigos que a ellas. Es común que las esposas afirmen que tienen la sensación de que entregan demasiado en la relación y los hombres parecen no ofrecer casi nada a cambio.
Respondiendo a ese tema, el obispo Renato Cardoso, en un post del blog “Intellimen”, afirma que, en general, en la orientación a las parejas, es la mujer la que piensa que existe un problema. “Si le pregunta al marido como está el matrimonio, él va a decir que está bien. El marido nunca piensa que existen problemas. La mente masculina funciona diferente a la femenina.”
Para encontrar una solución, él sugiere que las mujeres tengan una actitud diferente con respecto a los maridos. “Tolerancia es la palabra clave para mantener una buena relación. La mujer no debe deprimirse y martirizarse porque, aparentemente, el marido no está dándole atención. Es que el marido no le presta atención a eso, en su mente está todo bien.”
El obispo afirma que para el hombre no es natural dar. Él aconseja que la esposa le haga sugerencias sutiles a su marido: “Usted debe acerarse y pedirle. Por ejemplo: ‘Yo estaba pensando si nosotros podíamos salir este sábado.’ No espere que hable él. Cuando la mujer le llama la atención o cuando pide, termina logrando la atención del hombre. Usted tiene que ser flexible y pedir.”
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