El diablo no hace nada sin que Dios lo permita. Las cosas que aparentemente son malas colaboran para el bien en algún momento de nuestra vida, aunque ahora desconozcamos el motivo.
Incluso, los planes de Satanás terminan por servir para un propósito Divino. Él quiso matar a Jesús, humillarlo, hacerlo sufrir y desistir, sin embargo, el Señor fue el sacrificio vivo de Dios para salvar a la humanidad. Sus planes perversos contribuyeron, en contra de su propia voluntad, para nuestro beneficio.
Además, recuerde las veces que usted enfrentó un momento difícil y se lamentó o murmuró, ¿el problema se solucionó? No, al contrario, se intensificó.
Por eso, cuando las circunstancias sean malas y esté pasando por uno de los peores momentos de su vida, aunque sea difícil y no tenga fuerzas, dé gracias a Dios. ¡Eso se llama fe! Usted mostrará que depende exclusivamente del Señor, y Él lo honrará a su debido tiempo.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:18