Muchas personas han ostentado una vida aparentemente correcta dentro de las iglesias. A pesar de eso, no entienden el motivo por el cual aún no recibieron la mayor promesa Divina: el Espíritu Santo. Pero ¿por qué eso aún no sucedió si el mayor deseo del propio Señor Jesús es que todos reciban a Su Santo Espíritu?
Este fue el tema que el obispo Edir Macedo abordó, al regresar de un viaje misionero, el día 27 de octubre, durante la Escuela de la Fe, que se realizó en el Templo de Salomón, en San Pablo.
El obispo destacó que hoy muchas personas se encuentran como los judíos del pasado, que cargaban en su interior el orgullo por ser descendientes de Abraham, sin embargo, constantemente, intentaban matar al Señor Jesús.
Muchos ostentan cargos y conquistas, pero viven en pecado; ellos no tienen parte con Dios, porque, así como los religiosos del pasado, la Palabra de Dios no está en ellos (Juan 8:37). “Son fieles en la iglesia, diezmistas, profesan a Jesús como su Único Señor, pero ¿por qué aún no recibieron al Espíritu Santo? Si la persona ha caminado en la rectitud, ¿qué le está faltando? ¿Acaso la Palabra de Jesús está dentro de ella? Y si lo está, ¿por qué aún no fue bautizada con el Espíritu Santo?”, cuestionó el obispo durante la reunión.
Usando su ejemplo personal, el obispo contó que, cuando tuvo su experiencia con Dios, lo primero que nació en él fue el temor de perder lo que había recibido: la Salvación.
A continuación, resaltó que un indicio claro de la persona que tiene una fe inconstante a causa del pecado es la falta de temor a Dios en su interior. “No sirve de nada orar y ayunar si usted sigue viviendo en pecado. Esto muestra que dentro de usted no hay temor a lo que Dios le ofrece, que es la Salvación. El temor que usted tiene a su Salvación es el temor que usted Le tiene a Dios”, destacó el obispo, quien además recordó que vivir lejos del pecado es vivir en Santidad, sin la cual nadie podrá ver a Dios.