El Apocalipsis es el Único libro de la Biblia que especifica una bendición tanto para los que leen como para los que oyen, y guardan las cosas que están escritas en él
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. La declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, del testimonio de Jesucristo y de todas las cosas que ha visto…” Apocalipsis 1:1-2.
El Apocalipsis trata de destacar y hacer visible a la Persona del Señor Jesucristo. Conforme el siervo del Señor va avanzando paulatinamente en su lectura, en busca de comprensión, va teniendo una visión más amplia de la figura del Cordero de Dios.
Claro que el Apocalipsis reúne informaciones de hechos futuros, pero justamente esas informaciones son las que revelan la autoridad suprema e incuestionable del Señor Jesús. Juan comienza el libro diciendo: “Revelación de Jesucristo…”.
En realidad, toda la Biblia fue escrita con el objetivo de revelarnos al Hijo de Dios. El propio Señor Jesús lo confirmó cuando dijo: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.” Juan 5.39
En contraste con los demás libros de la Biblia, donde es revelado el Salvador, el Hijo de Dios, el Rey y Señor, el Apocalipsis nos revela al Señor que está volviendo en la realización final del plan de Dios.
Por eso mismo es un libro de consuelo para la Iglesia de los últimos tiempos. Las catástrofes que abatirán la Tierra mostradas en el Apocalipsis, tiene el objetivo de preparar al mundo para la revelación visible del Señor Jesucristo.
Al igual que Juan Bautista preparó el camino para la venida del Salvador, el libro del Apocalipsis prepara el camino para el Señor y Juez Eterno, a Quien Dios dio toda la autoridad y poder, en los Cielos y en la Tierra. ¡Todo está en las manos del Señor Jesús!
Aquel que teme al inferno eterno y está dispuesto a hacer cualquier sacrificio para evitarlo, sólo tiene un camino: aceptar al Señor Jesús como Salvador y vivir en la práctica de Su Palabra.
También está escrito: “Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca” Apocalipsis 1:3
El Apocalipsis es el único libro de la Biblia que especifica una bendición tanto para los que leen como para los que oyen y guardan las cosas que están escritas. He sido testigo ocular de esta promesa.
Durante estos últimos años, mientras meditaba, leía y escribía sobre el libro del Apocalipsis, pasé por muchas pruebas. Las muchas persecuciones me llevaron innumerable cantidad de veces al desierto, y allí, las humillaciones fueron mi pan de cada día. Y fue justamente en este último libro que encontré fuerzas para resistir.
Sus revelaciones no solo sustentaron mi fe, sino que la fortalecieron, al punto de poder reaccionar y alcanzar la victoria cada día. Razón por la cual he recomendado la meditación continua del Apocalipsis, especialmente cuando la persona estuviera pasando por pruebas en la fe.
Durante el ministerio terreno del Señor Jesús, Él profirió muchas bienaventuranzas. Y ahora, desde el Cielo, Él habla en tan solo siete, y la primera es respecto a aquellos que leen, escuchan y guardan las palabras proféticas del Apocalipsis.
Es decir, que no basta solo leer o escuchar; es igualmente necesario guardar las cosas que se encuentran escritas en este libro. Asimismo, este “guardar las cosas escritas en este libro” define también al Apocalipsis como un libro práctico, de instrucciones morales, y no solo un libro de revelaciones futuras.
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