En un mundo donde cada vez más las mujeres conquistan derechos y espacios en el mercado laboral, llegando a presidir naciones, es (como mínimo) extraño hablar de sumisión; aun más cuando el término está relacionado al sexo opuesto. Sin embargo, la sumisión de la que hablamos es muy diferente al concepto que tienen muchas personas, el cual se aproxima al de esclavitud.
Sociedad y diálogo
Muchas mujeres piensan que es absurda y no aceptan la recomendación de que deben ser sumisas a sus maridos (lea Efesios 5:24), porque no comprenden que eso no quiere decir que debe haber una obediencia ciega, forzada o insensata a los deseos y caprichos del marido; sino que se trata de la buena voluntad de, voluntariamente, estar de acuerdo con él en pos del matrimonio. Eso no impide que la mujer esté en desacuerdo con su marido, en diferentes situaciones.
“La mujer puede tener su propia opinión, pero como compañera puede, perfectamente, conversar con su marido y, juntos, buscar un consenso sobre cualquier decisión. Consultarle a su compañero es diferente que tan solo obedecerlo”, explica la psicoanalista Marina Massi.
La mujer debe ser auxiliadora de su marido y, en ese sentido, ser sumisa representa ser compañera, estar al lado de él en los buenos y en los malos momentos.
Una calle de doble sentido
Usted puede llegar a dudar, pero ser sumisa tiene muchas ventajas. La primera es que, como marido, el hombre tiene la obligación de amar y defender a su esposa y, si fuera preciso, dar su vida por ella (lea Efesios 5:25).
Hay un proverbio hebreo que dice: “ Cuidado al hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta sus lágrimas. La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino de su costado para ser igual. Debajo del brazo para ser protegida y, al lado del corazón, para ser amada.”
La mujer no es ni debe ser inferior al hombre, como tampoco superior a él. El papel de la mujer es estar y caminar al lado del hombre. Ella debe ser sabia y usar su poder de persuasión para influenciar a su marido, que es el líder del hogar, para tomar decisiones acertadas.
Respeto y consideración
Cristiane Cardoso, conductora del programa “The Love School” (emitido los sábados al mediodía, a través de TV Rede Record) junto a su marido, Renato Cardoso, explica en el libro “Matrimonio Blindado” (de autoría del matrimonio) que diariamente, muchas mujeres asumen una postura sumisa frente a jefes, autoridades y otros líderes que no siempre conocen personalmente. Sin embargo, cuando se trata de ser sumisa al marido, no lo admiten y se revelan.
Recientemente, la jugadora de vóley norteamericana, Gabriella Reece, quien fue muy criticada por haber dicho que era sumisa a su marido, dio una entrevista exclusiva en “The Love School”. Ella explicó que el concepto de sumisión al que se refería no tenía nada a ver con ser el felpudo de su esposo, sino con la concepción de incluirlo en sus decisiones; lo cual no es disminuirse delante de él, sino apoyarlo diariamente, ya que el respeto debe estar siempre presente en una relación saludable.
“El respeto y la consideración están relacionados a los sentimientos de cuidado, lealtad, fidelidad, protección, dedicación y admiración. Esos sentimientos estimulan una relación saludable entre el matrimonio”, aclara la psicoanalista Marina Massi. Ella destaca que, hoy en día, los papeles están muy confusos y, a veces, llegan cambiados dentro del matrimonio, lo que puede llevar al marido y a la mujer a desentenderse. La solución para un problema de ese tipo solo llega con mucho diálogo y paciencia: “Conversen para que, poco a poco, ambos lleguen a crear complicidad y compañerismo”, concluyó.