Israel estaba dividido en 12 tribus, cada una tenía su responsabilidad y función, y por cumplir sus deberes dentro de esa formación, todos recibirían su porción en la tierra prometida.
Sin embargo, había una tribu diferente, una que no heredaría nada aquí, no tendría los derechos de los demás, no tendría posesiones, no tendría tierras. Separada por el Propio Dios, esa tribu recibiría más que todos, desde el punto de vista espiritual, no del físico. Las otras tribus tendrían algo terrenal, pero esa tendría lo más valioso, ¡lo celestial!
Esa tribu era Levi, la tribu de los siervos, de los sacerdotes, de aquellos que habían sido escogidos por el Propio Altísimo para cumplir la misión más grande e importante en la Tierra: ¡SERVIR SOLAMENTE A DIOS!
Solo ellos tendrían el derecho y el privilegio de estar sirviendo diariamente en los servicios sagrados.
“Entonces el SEÑOR dijo a Aarón: No tendrás heredad en su tierra, ni tendrás posesión entre ellos; Yo Soy tu porción y tu herencia entre los hijos de Israel.” Números 18:20
“Habrá para ellos UNA heredad: Yo Soy su heredad. No les darán posesión en Israel: Yo Soy su posesión.” Ezequiel 44:28 RVA 2015
¡En eso está nuestra gloria!
Aquellos que viven pensando o preocupados por “su futuro” es porque, en el fondo, no son parte de esta tribu, están en el lugar equivocado, son peces fuera del agua. Pero nosotros que somos de esta tribu no tenemos de qué preocuparnos, pues tenemos nuestro futuro garantizado: ¡ÉL ES NUESTRA HERENCIA Y NUESTRA POSESIÓN! ¡ÉL ES LA GARANTÍA!
Ante esto, ¿qué más nos hace falta o puede causarnos preocupación? En verdad, ya tenemos EL TODO y LO MEJOR: ¡NUESTRO FUTURO YA ESTÁ GARANTIZADO, si permanecemos dentro de esta visión de fe hasta el fin!
¡Que el Altísimo Dios bendiga, multiplique y fortalezca todavía más a esta tribu elegida por Él para anunciar las buenas nuevas de la Salvación!
“En aquel tiempo el SEÑOR apartó la tribu de Leví para que llevara el Arca del Pacto del SEÑOR, y para que estuviera delante del SEÑOR, sirviéndole y bendiciendo en Su Nombre hasta el día de hoy. Por tanto, Leví no tiene porción o herencia con sus hermanos; el SEÑOR es su herencia, así como el SEÑOR tu Dios le habló.” Deuteronomio 10:8-9
¡¡¡Nada se compara con el privilegio de ser parte de esta tribu!!!
Somos los más privilegiados de todos los seres.
¡¡¡Solamente nosotros, los de esta tribu, fuimos elegidos para estar delante de Él, servirle, llevar Su Arca y bendecir en Su Nombre!!!
¡¡¡Alabado sea Dios por esto!!!