«Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al Cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te glorifique a Ti, por cuanto Le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé Vida Eterna a todos los que Tú Le has dado. Y esta es la Vida Eterna: que Te conozcan a Ti, el Único Dios verdadero, y a Jesucristo, a Quien has enviado […] Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía Contigo antes que el mundo existiera […] Ahora han conocido que todo lo que Me has dado viene de Ti; porque Yo les he dado las Palabras que Me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad Salí de Ti, y creyeron que Tú Me enviaste […] y todo lo Mío es Tuyo, y lo Tuyo, Mío; y he Sido glorificado en ellos». Juan 17:1-10
La Unidad de la Familia de Dios en la oración del Señor Jesucristo
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