El viernes 9 de julio es un día muy especial porque la Iglesia Universal del Reino de Dios celebra sus 44 años de existencia.
Verdaderamente, para que la Universal llegara a estar donde está ahora, hubo muchos desafíos. Hoy en día, está establecida en 134 países de los cinco continentes, tiene miles de siervos de Dios esparcidos por todo el mundo, un sinfín de personas beneficiadas por las actividades y las labores humanitarias de la iglesia, nuevos templos inaugurados cada año y una importante presencia en los medios de comunicación.
A simple vista, quien ve el trabajo de la Universal desconoce los sacrificios que hubo detrás de cada paso que se dio, las lágrimas que se derramaron en el Altar, los clamores durante la madrugada, las renuncias personales, las persecuciones que los líderes y voluntarios enfrentaron, las adversidades de los pastores y obispos al llegar a un nuevo lugar, entre otras situaciones.
No ha sido nada fácil, pero Dios ha honrado en gran manera todo el trabajo que se ha realizado en favor de las almas. A fin de cuentas, ¿cómo sería posible que un simple hombre, el obispo Macedo, al que nadie tenía en cuenta, pudiera difundir el Evangelio a todo el planeta por sí solo? Esto no hubiera sido posible sin la intervención del Espíritu Santo.
Este año, en Argentina, por ejemplo, en medio de un escenario caótico a causa de la pandemia, se inauguraron un total de 10 iglesias y 6 repetidoras radiales de la Red Aleluya. Si Dios no hubiera estado con Su iglesia, sin ninguna duda, los obstáculos hubieran prevalecido contra ella.
Tiempos difíciles, como los que el mundo enfrenta actualmente, hacen que muchos revindiquen la importancia de tener un lugar al que puedan recurrir y recibir ayuda espiritual cada vez que la necesiten.
Por esta razón, este aniversario es un motivo más para agradecer al Señor por haber protegido Su obra durante estas más de cuatro décadas, por haberle dado fuerza y aliento a cada siervo, aun cuando las cosas estaban difíciles, y por haber contado con ellos en esta gran obra, que es ganar almas.
“… Hasta aquí nos ayudó el Señor.” 1 Samuel 7:12