Pasaron siete días de la desaparición de Katherine Moscoso, una joven de 18 años que sufría un retraso madurativo. Cuando un bombero la encontró semienterrada en un predio, toda la ciudad explotó de furia y se manifestó buscando justicia, pero el clamor popular terminó con incidentes, en los que el edificio municipal, la casa del jefe de Policía, la comisaría local y un patrullero terminaron incendiados. Unos 300 pobladores participaron de los incidentes.
Alejandro Dichiara, exintendente de Monte Hermoso, explicó al diario Clarín que él y el intendente Marcos Fernández se encontraban dentro del establecimiento policial, junto a familiares de la adolescente, cuando comenzaron los ataques.
Violencia inexplicable
La noticia del hallazgo del cuerpo de la víctima corrió rápido y disparó la noche más dramática en la vida del balneario. Muy cerca de donde vivía Katherine y a 5 cuadras de donde fue hallado su cuerpo, un grupo burló la débil custodia y sacó de su auto a Juan Carlos “Gato” González cuando intentaba irse de Puerto Madryn al 900, una de las cuatro casas allanadas en la semana. Al hombre de 70 años, abuelo de uno de los principales sospechosos por el homicidio de la chica, lo golpearon de tal manera que falleció camino al hospital Ramón Carrillo. Según testigos, le habrían pasado por arriba con un auto. “Lo lincharon. Cuando estaba en el piso, venían mujeres con bebés en las manos a patearle la cabeza”, contó a Clarín su hermano, Manuel, que no pudo defenderlo. Algunos de los agresores estan identificados y 8 ya fueron detenidos.
Otro epicentro de los desmanes fue la comisaría, donde los manifestantes se enfrentaron con la Policía y los bomberos que habían concurrido sin encender la sirena, para evitar más ataques. Dentro se encontraban el intendente Marcos Fernández y el senador Alejandro Di Chiara, quienes debieron salir por los techos, para evitar a los agresores, según admitió el legislador.
De la comisaría, los manifestantes bajaron por la calle Pedro de Mendoza hacia la playa y atacaron la manzana donde están la municipalidad, el Museo de Ciencias y el Centro de Convenciones. También incendiaron la fiscalía y la casa del secretario municipal de seguridad, el excomisario Ricardo Triches. No pudieron acercarse a la del intendente, porque familiares y vecinos se lo impidieron. Algo similar ocurrió en el hospital.
Según reveló a Clarín el fiscal Mauricio del Cero, Katherine “murió asfixiada por sepultamiento”. También dijo que a la chica “la enterraron viva y posiblemente inconsciente, de 4 a 6 días antes de su hallazgo”. En sus pulmones había arena y el cuerpo tenía varias contusiones en la cabeza. No presentaba signos de violencia sexual. Del Cero descartó como hipótesis que Catherine, que sufría un retraso madurativo, haya estado retenida porque no tenía marcas en su cuerpo.
Al cierre de esta edición fue detenida Daiana Sánchez, la principal sospechosa por el homicidio de Katherine y amiga de la víctima. Los celos entre ambas chicas podrían haber sido el desencadenante del hecho.
Sed de justicia
La reacción de los pobladores de Monte Hermoso muestra un grado de indignación e impotencia alarmante. Parece que la sociedad ya no confía en la Justicia y decidió empezar a aplicar su propia ley.
Semana tras semana, algún fallo polémico provoca la reacción de la sociedad. Recientemente, el hincha de Boca acusado por la agresión a los jugadores de River logró su eximición de prisión tras declarar durante 20 minutos ante el juez de la causa. En los últimos días trascendió que Adrián Napolitano, más conocido como el “Panadero”, ya tiene sentencia de muerte: “Al Panadero lo queremos muerto”, avisó uno de los líderes de la barra de Boca. “Que agradezca si va preso, porque es el lugar más seguro en el que va a estar”, manifestó otro miembro de la hinchada, en una nota del diario Perfil. “Desapareció del mapa porque lo están rastreando para matarlo”, explicó una vecina atemorizada, no solo por el futuro del Panadero sino también por el estado de alerta del barrio. “Parecía un pibe normal, pero desde que su cara apareció en los diarios no volvimos a verlo”, complementó un almacenero que lo conocía de chico.
Por otro lado, la indignación social creció cuando los jueces de la Cámara de Casación bonaerense, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués decidieron reducirle la condena, de 6 años a tres años y dos meses, a Mario Tolosa, un hombre que violó a un niño de seis años. El hecho provocó reacciones en los medios de comunicación, la opinión pública y hasta en el Colegio de Abogados de la Provincia.
La violenta reacción de los pobladores de Monte Hermoso en el caso de Katherine es el reflejo de una sociedad que ya no cree en la Justicia y decide impartir orden y castigo por su propia cuenta. ¿Cuál es el final de este camino sino la autodestrucción de la comunidad? Las leyes existen para que todos las cumplamos y también para que aquellas personas que han sido designadas las hagan cumplir. Si esto no sucede, seguiremos caminando rumbo al fin de la civilización y al inicio de una etapa en la que cada uno será el encargado de impartir su propia versión de la justicia.
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