En Nueva York, Estados Unidos, un cliente de una cafetería le dejó una generosa propina a la camarera del lugar, con un mensaje escrito en el mismo papel de la cuenta (foto al lado), que decía: “La vida es corta. Un amigo mío murió anoche. Por favor, aprovecha la noche con alguien que amas. La vida es muy corta.” La cuenta era de 22 dólares y el cliente dejó 100 dólares en la mesa.
La gerencia de la cafetería publicó una foto de la cuenta en una red social como una forma de responder la actitud generosa y conmovedora del misterioso cliente. Sin embargo, mucho más que un gesto de conmoción o generosidad, este acto nos muestra cómo muchas personas solo se dan cuenta del verdadero valor de la vida cuando se enfrentan a la pérdida de un ser querido.
Tal vez, el misterioso cliente, haya reflexionado que ya era demasiado tarde para estar con su amigo querido.
Vida después de la muerte
Por supuesto que debemos estar con las personas que amamos siempre que podamos, valorar la compañía de un ser querido, de un amigo, pero, no podemos olvidarnos de que lo más importante es que la jornada no termina aquí en la Tierra, a pesar de la nostalgia que queda. La vida no termina cuando el cuerpo muere. Nuestra alma es eterna, solamente depende de nosotros elegir dónde la misma pasará la eternidad, si con Dios o con el diablo.
Estamos compuestos por tres partes esenciales: el cuerpo físico, el espíritu y el alma. Cuando una persona muere, el cuerpo físico se descompone y vuelve al polvo, como está escrito en la Biblia: “… entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio.” (Eclesiastés 12.7)
El espíritu vuelve a Dios, y el destino del alma, que es nuestro cuerpo espiritual por el cual Dios nos dio la vida, lo define el cuidado que le dimos a la misma antes de la muerte física.
“La vida pasa muy rápido, pero el alma sigue viviendo eternamente, con Dios o en el infierno. Cuando una persona está salva, no tiene miedo de morir, porque la muerte para ella es sólo un paso para su encuentro con Dios, pero si la persona tiene miedo o recelo cuando escucha hablar de la muerte, incluso cuando quiere cambiar de tema, es una señal de que ella no tiene la Salvación aún, porque no entregó su vida al Señor Jesús”, afirmó el obispo Renato Cardoso en la reciente Concentración de Fe y Milagros realizada en Ecuador.
Vida espiritual
Por eso, la vida espiritual de cada individuo requiere cuidados. Somos responsables aún en vida por el camino que nuestra alma seguirá después de la muerte.
Si usted aún tiene dudas sobre dónde su alma pasará la eternidad, y cómo alcanzar la Salvación, participe de una reunión en la Universal y aprenda a valorar el bien más precioso que Dios le ha dado. Ingrese aquí y busque la dirección de la Universal más cercana a su domicilio.
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