Consideramos la Segunda Venida del Señor y la muerte como hechos incuestionables, pues sabemos que todos participaran en uno o en el otro, tarde o temprano. Esta evidencia hace necesario que la humanidad esté preparada.
El Regreso del Señor, sin duda, tendrá impacto rotundo en todo el planeta y, ante este tsunami espiritual que barrerá la Tierra, el pánico se apoderará de las sociedades mundiales.
Imagínese la desaparición repentina de todos los nacidos del Espíritu Santo en todo el mundo. Y cuando desaparezcan todos los niños inocentes, ¿cuál será la reacción de los padres cuando no los encuentren? Diferentes instituciones, como maternidades, escuelas, hospitales e iglesias, vivirán un verdadero caos.
Por largo tiempo, la humanidad quedará perpleja y perdida en conjeturas e interrogaciones. Todos los medios de comunicación se ocuparán de contar historias, atribuyendo los extraños hechos a seres extraterrestres o a platos voladores.
En el mundo religioso, la desesperación no va a ser menos: la angustia absoluta vendrá sobre todos, especialmente sobre aquellos que pensaban estar al día con la fe cristiana.
Sin duda los más sorprendidos en el Regreso del Señor serán los nacidos de la carne, porque vivieron un cristianismo de apariencia. Y, a pesar de creer en Dios, y de frecuentar iglesias, sus compromisos de fe eran solamente con la iglesia terrenal, no con la espiritual.
Ellos serán dejados atrás. Los nacidos de la carne se van a sorprender como ocurrió en la Parábola de las Diez Vírgenes, según Mateo 25:1-13. El Señor Jesús toma como ejemplo cinco vírgenes necias que se quedaron afuera de la boda en el Regreso del Novio. Era necesario mantener la llama encendida de la lámpara las 24 horas del día (Levítico 24:2; Éxodo 27:20).
La lámpara encendida continuamente simbolizaba la presencia de Dios. Del mismo modo, los cristianos tienen que ejercitar la fe para mantenerse en comunión con el Señor, en constante dependencia del Espíritu de Dios.
Lo lamentable es que los nacidos de la carne salvaron su pellejo durante las pequeñas tribulaciones de la vida. Pero no renunciaron a su satisfacción personal, no abandonaron sus deseos para el beneficio de la ganancia espiritual.
En el Regreso del Señor Jesús, se lamentarán por haber quedado atrás, ya que tendrán que enfrentar el período de la Gran Tribulación, bajo el dominio del anticristo. Y lo peor es que no podrán contar con la presencia del Espíritu Santo para que los guíe, oriente y consuele. Prepárese para la Venida del Señor.
Participe en la “Noche del Novio”, todos los miércoles, a las 20 h, en la Universal más cercano a usted y prepárese para este gran día.
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