Los atletas británicos conocidos como los hermanos Brownlee compiten en la modalidad de Triatlón y, recientemente, fueron noticia, sin embargo, no por la conquista de un podio más.
Durante la final del campeonato mundial en Cozumel, en México, Jonathan Brownlee estaba cerca de conquistar el primer lugar. Faltaban solo 700 metros para el título de campeón mundial, pero, debido a las condiciones climáticas, él comenzó a sentirse mal y tuvo que ayudarlo un asistente. El hermano de Jonathan, Alistair Brownlee, estaba atrás en la segunda posición, y decidió ayudarlo. Abrazados, fueron juntos hasta la línea de llegada.
El sudafricano Henri Schoeman, que estaba en tercer lugar, logró superarlos y se quedó con el primer lugar, Jonathan terminó en segundo y Alistair en tercero. Al final de la prueba, el británico tuvo que ser internado por una deshidratación severa, pero ya comunicó que está bien y agradeció públicamente la ayuda de su hermano.
Las personas antes que las cosas
Alistair prefirió ayudar al hermano antes que recibir el título de campeón mundial. Por medio de una noble actitud, él demostró lo que significa, en la práctica, amar al prójimo.
El Señor Jesús enseñó esa lección cuando citó la parábola de buen samaritano (en la Biblia en Lucas: 10.30-37).
“El verdadero amor es dirigido al prójimo, independientemente si es un ser querido, un amigo o un extraño. El verdadero amor implica mucho sacrificio, pero el amor sentimiento solo involucra emoción, pasión, egoísmo, celos”, explica el obispo Edir Macedo en su blog.
En las reuniones que se realizan los domingos en la Universal, puede aprender cómo tener un verdadero encuentro con Dios y amar a su prójimo. Ingrese aquí, y encuentre la dirección del templo más cercano a su domicilio y participe.
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