Durante la reunión del Encuentro con Dios, en el Templo de Salomón, el domingo 19 de diciembre, el obispo Edir Macedo habló sobre las decisiones que tomamos con la conciencia que Dios nos dio.
“Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, les dio una conciencia, que es el espíritu. Nosotros tenemos conciencia de lo que está bien y de lo que está mal. Adán y Eva optaron por seguir lo que estaba mal. Por eso, la humanidad creció en la decadencia. Todos nos equivocamos porque damos oídos a la mala conciencia, a lo que está mal y a lo que es injusto. En lugar de elegir el camino del sacrificio, preferimos el camino de la facilidad. Cuando optamos por esta actitud equivocada, la vida se transforma en un infierno. Y Dios no puede hacer nada, porque elegimos por libre y espontánea voluntad”, dijo.
Él explicó que Dios no quiere que seamos solo oyentes de Su Palabra y de los milagros que hace, sino que seamos coparticipes de Su Naturaleza. Sin embargo, Él nos da la libertad de elegir entre el bien y el mal, entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo que es justo y lo que es injusto. Por otro lado, destacó que esta reflexión es fundamental para elegir una vida con Dios.
“Usted tiene la libertad de elegir entre el bien y el mal. Puede tener su vida transformada, comenzar una nueva vida. Solo depende de usted. Su propia actitud y sus propias decisiones equivocadas son las que lo penalizan. Asuma esa responsabilidad. Pero Dios nos da la conciencia de lo que es justo. Por lo tanto, si usted opta por seguir lo que es correcto, aunque todo el mundo sea injusto, usted seguirá su conciencia y no la de los demás, y vivirá una vida justa. Dios se unirá a usted”, declaró.
“Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” Marcos 2:5
Una buena semilla, buenos frutos
El obispo Macedo se dirigió a los que saben que han cargado un sentimiento de culpa, a lo largo de su vida, y descubrieron que este es el motivo de su infelicidad, a ejemplo del matrimonio que no funcionó, de la vida profesional destruida o, incluso, de estar enfermo.
“Tal vez usted está cargado de pecados o injusticias. No piense en la injusticia que los demás cometieron contra usted. Piense en las injusticias que usted ha cometido consigo mismo, contra Dios y también contra los demás. Usted es rehén de sus injusticias, de sus malas decisiones y de su mala conciencia”, señaló.
No obstante, destacó: “A partir del momento en que usted comience a sembrar la buena semilla, cosechará los buenos frutos. Los malos frutos quedarán en el pasado y su vida se renovará, se transformará por su propia actitud, independientemente de quién sea usted. Es usted el que toma la decisión”.