¿Cuántas religiones existen en el mundo? Algunas se dividen en grandes religiones, facciones, sectas, filosofías religiosas, pensamientos religiosos, folklores, etc. De hecho, existen millares de religiones, iglesias, sectas y movimientos que reúnen falsas doctrinas o enseñanzas para confundir cada vez más al ser humano (Mateo 24:11).
Hay una acción diabólica en este mundo, creando falsas enseñanzas para engañar a las personas. La mayor acción del diablo sucede dentro de las mismas religiones, donde él se disfraza; parece “ángel de luz”, habla bonito y dice mentiras que parecen verdades para engañar, si fuera posible, hasta a los escogidos (Mateo 24:24).
Satanás y su jerarquía de seres espirituales de maldad (Daniel 10:13 y Efesios 6:12) son los agentes invisibles y la causa real de la sede de poder e inteligencia maléfica, inclusive de los dictadores y de todos aquellos que buscan y usan su poder para el mal.
El apóstol Juan escribió que “… el mundo entero está bajo el maligno.” (1 Juan 5:19). El propio Señor Jesús afirmó que satanás actúa como un padre para los que le pertenecen; sin embargo, un padre destituido de misericordia (Juan 8:44). Él es reconocido como rey y dios de este siglo, pero su reino es el de las tinieblas y la muerte (Hebreos 2:14; Judas 1:9); un reino espiritual maligno que ciega los ojos del entendimiento de las personas, para que no comprendan la verdad de la salvación que hay en Cristo Jesús (Efesios 2:2-3; 2 Corintios 4:3-4; 1 Juan 3:10; Juan 12:31; 14-30; 16-11; Hechos 26:18).
En el siglo pasado, el gran mal de la humanidad era la incredulidad. Hoy parece ser lo contrario: la credulidad, o sea, las personas creen en todo lo que el diablo les sopla a los oídos. La confusión espiritual de los últimos tiempos ha dado la oportunidad para el surgimiento de innumerables sectas y doctrinas falsas que son divulgadas aún dentro de nuestras iglesias. El cristiano no debe dar oídos a otra cosa que no sea la Palabra de Dios:
“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” 1 Timoteo 4:1
[related_posts limit=”12″]