Internet ha democratizado el acceso a la información y puso en jaque la estructura piramidal y unidireccional de las teorías de la comunicación 1.0, en donde pocos eran los que emitían un mensaje y muchos los que, casi pasivamente, lo recibían. Hoy, cualquier persona con acceso a la red puede generar contenidos, y para eso no necesita más que un teléfono. La información circula en múltiples sentidos, generando a su vez, múltiples respuestas.
Este panorama también tiene su aspecto negativo, muchos han utilizado Internet para difundir información errónea. Esta práctica se ha vuelto tan común, que tiene para los expertos su propia denominación: “hoax”. Consiste en divulgar una noticia falsa con intención de hacerle creer al mayor número de personas posibles que es real.
Una de las maneras más eficaces es el correo electrónico, distribuido en cadena por los sucesivos receptores, dado que el mensaje es impactante y parece provenir de una fuente seria y confiable.
Habitualmente, contienen información sobre enfermedades incurables, mentiras sobre personas, instituciones y empresas, cadenas de solidaridad, de la suerte, regalos de grandes compañías, etc. Es necesario observar que cada vez son más utilizados en redes sociales como Facebook y aplicaciones de mensajería como WhatsApp.
Tal vez le resulten conocidos algunos mensajes como “WhatsApp va a ser pago de manera inminente, reenvía este mensaje a tantos amigos”, “Hotmail cerrará sus cuentas. Si quieres mantener tus contactos, envía…”. Todos estos son “ganchos” que llevan a que reenvíe esta información a sus contactos.
¿Por qué hay personas que hacen esto? Los objetivos son disimiles, pero podemos enumerar: captar indirectamente direcciones de correo electrónico (se transformen en el blanco de correos masivos, virus o suplantación de identidad), engañar al destinatario para que revele su contraseña o acepte un archivo malicioso, o confundir y manipular la opinión pública.
La recomendación más importante es no creer todo lo que llega por e-mail y redes sociales, aunque se lo haya compartido un amigo. Además, evite ser un eslabón en la cadena, no reenvíe correos masivos.
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