Una investigación realizada por el sitio francés Gleeden indica que uno de los principales motivos para la infidelidad de las mujeres es la falta de ayuda de los maridos en las tareas domésticas, como lavar la vajilla, planchar o limpiar la casa, por ejemplo.
Según el resultado, el 73% de las mujeres infieles afirman que esa es la mayor causa de la traición. Por otro lado el 84% de las entrevistadas respondieron que eso, al menos, es motivo para muchas peleas, siendo que las discusiones abren espacio para un posible comportamiento infiel.
La investigación fue realizada con 10 mil entrevistas. El sitio está especializado en incentivar encuentro extraconyugales.
Aprendiendo a exigir
El matrimonio es un compromiso y, como tal, debe ser tomado en serio. La Palabra de Dios recomienda: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)
Cualquier comportamiento – incluso la falta de ayuda en las tareas domésticas – que deje a una de las partes de la pareja insatisfecha debe ser motivo para conversar. A través del diálogo se solucionan los problemas, no a través de la infidelidad.
Si el objetivo es mejorar el matrimonio, es necesario entender que la idea de Dios para el matrimonio fue que el hombre sirviera a la mujer y viceversa. “Una competencia sana por quién le hace más bien al otro. Eso es amor de verdad”, afirma el escritor Renato Cardoso, autor del libro “Matrimonio Blindado”. Él explica que, lamentablemente, muchas personas se han casado creyendo que el compañero los va a servir, en vez de servirlo:
“Y por eso después vienen las exigencias: “No haces esto”; “No te importa lo que quiero, solo lo que tú quieres”; “Si tú no me atiendes aquí, yo voy a buscarlo afuera.”
Los entrevistados en la investigación del sitio francés indican que, al percibir la respuesta nula a sus exigencias, ellos buscarán afuera de la casa una compensación. Lo que no todos perciben, sin embargo, es que el error no está solo en el comportamiento del compañero “sin compromiso”, sino también en sí mismo, al no saber, cómo exigir.
“Es obvio que también queremos recibir, no solo dar. Y parece lógico que para recibir debemos pedir. Sin embargo, en la lógica del Autor del Amor, dar es pedir. Cuando yo le doy algo a alguien, aquella persona tiene una deuda conmigo. Cuanto más le doy, mayor será la deuda. Y no hay ningún ser humano al que le guste estar endeudado – mucho menos que le exijan. Por lo tanto, el camino para recibir es dar, y no exigir. Dar porque es nuestro papel, nuestra responsabilidad. Dar porque creemos en la ley de dar y recibir”, concluye Renato.
Si está atravesando problemas en su matrimonio, participe en la Terapia del Amor, que se realiza todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o en las sedes de la terapia. No espere que el problema crezca para buscar una solución.
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