Las redes sociales han sido el escenario de numerosas controversias por la facilidad con la que los usuarios transmiten opiniones y defienden sus gustos, pensamientos y estilos de vida, al mismo tiempo en el que faltan el respeto y ofenden a quien piensa de manera contraria. Además de la intolerancia y la agresividad gratuita de los “debatientes virtuales”, algunos construyen una imagen de lo que les gustaría vivir en la vida real, pero que, por diversas razones, no lo lograron. Aunque existe algo peor: algunas personas terminan siendo adictas a mantener una vida de fantasía a través de sus páginas en la red.
Es el caso del japonés Keisuke Jinushi, de 29 años, que en la vida real es soltero, pero en la virtual publica fotos con la novia que le gustaría tener. En su página de Instagram, él aparece en fotos tomadas en ángulos que simulan la presencia de una mujer del otro lado de la cámara acariciando sus cabellos, alimentándolo y abrazándolo en lugares públicos, cuando, en realidad, él solo está agarrando una peluca o está con las uñas pintadas, para fingir que es una mano femenina. Keisuke explica que todo comenzó cuando viajaba solo y pensó, que sería bueno, tener la compañía de una novia para que se pudiesen tomar una foto juntos.
Él muestra el paso a paso de cada foto, para que otros solitarios puedan crear las suyas con sus novias virtuales. Como le gusta ir a bares, dice que le molesta mucho la presencia de parejas. Keisuke recibe varios comentarios de personas que dicen que lo mejor sería que encuentrara una novia de verdad. En una entrevista a la BBC Brasil, el muchacho afirmó estar buscando a una pretendiente, pero no ha logrado encontrarla, y al ser interrogado con respecto a lo que sus padres piensan de las fotos, contó que ellos no tienen el coraje para preguntarle. Aunque afirme que las imágenes no son más que una broma, Keisuke mantiene la página y sigue publicando fotos con su novia virtual.
Forjar una vida de mentira y comprometerse con el mantenimiento de una falsa imagen de sí mismo puede ser peligroso. Huir de la realidad a través de internet, de los vicios y de actividades que solo sirven para posponer las cosas y no resuelven el problema, solo prolongará el sufrimiento. A las personas que viven en el mundo virtual y desisten del real, lo que les importa es la conquista de los “compartidos” y los comentarios de amigos en la red. La felicidad se mide por la atención que las personas dan a lo que publican y no por lo que, de hecho, viven en la vida real.
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