Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Deuteronomio 22
1 No verás extraviado el buey de tu hermano, o su oveja, sin que te ocupes de ellos; sin falta los llevarás a tu hermano.
2 Y si tu hermano no vive cerca de ti, o si no lo conoces, entonces lo traerás a tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque; entonces se lo devolverás.
3 Así harás con su asno, y asimismo harás con su vestido; lo mismo harás con cualquier cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles. No te es permitido ignorarlos.
4 No verás el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino sin ocuparte de ellos; sin falta le ayudarás a levantarlos.
5 La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al Señor tu Dios.
6 Si encuentras un nido de pájaros por el camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos;
7 sin falta dejarás ir a la madre, mas a los hijos los puedes tomar para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.
8 Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.
9 No sembrarás tu viña con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas sembrado y el producto de la viña queden inservibles.
10 No ararás con buey y asno juntos.
11 No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.
12 Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
13 Si un hombre toma a una mujer y se llega a ella, y después la aborrece,
14 y la acusa de actos vergonzosos y la difama públicamente, diciendo: “Tomé a esta mujer, pero al llegarme a ella no la encontré virgen”,
15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta.
16 Y el padre de la joven dirá a los ancianos: “Di mi hija por mujer a este hombre, pero él la aborreció;
17 y he aquí, él le atribuye actos vergonzosos, diciendo: ‘No encontré virgen a tu hija.’ Pero esta es la prueba de la virginidad de mi hija.” Y extenderán la ropa delante de los ancianos de la ciudad.
18 Y los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán,
19 y le pondrán una multa de cien siclos de plata, que darán al padre de la joven, porque difamó públicamente a una virgen de Israel. Y ella seguirá siendo su mujer; no podrá despedirla en todos sus días.
20 Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen,
21 entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22 Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel.
23 Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
24 entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25 Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven que está comprometida, y el hombre la fuerza y se acuesta con ella; entonces morirá sólo el que se acuesta con ella,
26 no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso;
27 cuando él la encontró en el campo, la joven comprometida dio voces, pero no había nadie que la salvara.
28 Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella y se acuesta con ella, y son descubiertos,
29 entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta siclos de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días.
30 Ninguno tomará a la mujer de su padre para que no descubra la vestidura de su padre.
Salmos 110
1 Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2 El Señor extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío.
4 El Señor ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
5 El Señor está a tu diestra; quebrantará reyes en el día de su ira.
6 Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres, quebrantará cabezas sobre la ancha tierra.
7 Beberá del arroyo en el camino; por tanto El levantará la cabeza.
Salmos 111
1 ¡Aleluya! Daré gracias al Señor con todo mi corazón, en la compañía de los rectos y en la congregación.
2 Grandes son las obras del Señor, buscadas por todos los que se deleitan en ellas.
3 Esplendor y majestad es su obra, y su justicia permanece para siempre.
4 Ha hecho sus maravillas para ser recordadas; clemente y compasivo es el Señor.
5 Ha dado alimento a los que le temen; recordará su pacto para siempre.
6 Ha hecho conocer a su pueblo el poder de sus obras, al darle la heredad de las naciones.
7 Las obras de sus manos son verdad y justicia, fieles todos sus preceptos.
8 Son afirmados para siempre jamás, ejecutados con verdad y rectitud.
9 El ha enviado redención a su pueblo, ha ordenado su pacto para siempre; santo y temible es su nombre.
10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre.
Isaías 49
1 Escuchadme, islas, y atended, pueblos lejanos. El Señor me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
2 Ha hecho mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me ha escondido; me ha hecho también como saeta escogida, en su aljaba me ha escondido.
3 Y me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, en quien yo mostraré mi gloria.
4 Y yo dije: En vano he trabajado, en vanidad y en nada he gastado mis fuerzas; pero mi derecho está en el Señor, y mi recompensa con mi Dios.
5 Y ahora dice el Señor (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Jacob vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza),
6 dice El: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.
7 Así dice el Señor, el Redentor de Israel, el Santo suyo, al despreciado, al aborrecido de la nación, al siervo de gobernantes: Lo verán reyes y se levantarán, príncipes, y se postrarán, a causa del Señor que es fiel, del Santo de Israel que te ha escogido.
8 Así dice el Señor: En tiempo propicio te he respondido, en día de salvación te he ayudado; te guardaré y te daré por pacto del pueblo, para restaurar la tierra, para repartir las heredades asoladas,
9 para decir a los presos: “Salid”; a los que están en tinieblas: “Mostraos.” Por los caminos pacerán, y en todas las alturas desoladas tendrán sus pastos.
10 No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá.
11 Convertiré todos mis montes en camino, y mis calzadas serán levantadas.
12 Mirad, éstos vendrán de lejos; y he aquí, otros del norte y del occidente, y otros de la tierra de Sinim.
13 Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de alegría, porque el Señor ha consolado a su pueblo, y de sus afligidos tendrá compasión.
14 Pero Sion dijo: El Señor me ha abandonado, el Señor se ha olvidado de mí.
15 ¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.
16 He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí.
17 Tus edificadores se apresuran; tus destructores y tus devastadores se alejarán de ti.
18 Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. Vivo yo —declara el Señor— que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.
19 En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada, ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores, y tus devoradores estarán muy lejos.
20 Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada: “El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo more aquí.”
21 Y dirás en tu corazón: “¿Quién me ha engendrado éstos? Pues yo había sido privada de mis hijos, y era estéril, desterrada y errante. Y a éstos, ¿quién los ha criado? He aquí, yo había sido dejada sola; y éstos, ¿dónde estaban?”
22 Así dice el Señor Dios: He aquí, levantaré hacia las naciones mi mano, y hacia los pueblos alzaré mi estandarte; traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas en hombros serán llevadas.
23 Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy el Señor, y que no se avergonzarán los que esperan en mí.
24 ¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o rescatar al cautivo del tirano?
25 Ciertamente así dice el Señor: Aun los cautivos del poderoso serán recobrados, y rescatada será la presa del tirano; con el que contienda contigo yo contenderé, y salvaré a tus hijos.
26 Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que yo, el Señor, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
Acompañe la lectura del 167° día ingresando aquí.
[related-content]