Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Deuteronomio 25
1 Si hay pleito entre dos hombres y van a la corte, y los jueces deciden el caso, y absuelven al justo y condenan al culpable,
2 sucederá que si el culpable merece ser azotado, entonces el juez le hará tenderse, y será azotado en su presencia con el número de azotes de acuerdo con su culpa.
3 Puede darle cuarenta azotes, pero no más, no sea que le dé muchos más azotes que éstos, y tu hermano quede degradado ante tus ojos.
4 No pondrás bozal al buey mientras trilla.
5 Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado.
6 Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.
7 Pero si el hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a la puerta, a los ancianos, y dirá: “Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel; no quiere cumplir para conmigo su deber de cuñado.”
8 Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y le hablarán. Y si él persiste y dice: “No deseo tomarla”,
9 entonces su cuñada vendrá a él a la vista de los ancianos, le quitará la sandalia de su pie y le escupirá en la cara; y ella declarará: “Así se hace al hombre que no quiere edificar la casa de su hermano.”
10 Y en Israel se le llamará: “La casa del de la sandalia quitada.”
11 Si dos hombres luchan entre sí, un hombre y su conciudadano, y la mujer de uno se acerca para librar a su marido de la mano del que lo golpea, y ella extiende su mano y le agarra sus partes vergonzosas,
12 entonces le cortarás su mano; no tendrás piedad.
13 No tendrás en tu bolsa pesas diferentes, una grande y una pequeña.
14 No tendrás en tu casa medidas diferentes, una grande y una pequeña.
15 Tendrás peso completo y justo; tendrás medida completa y justa, para que se prolonguen tus días en la tierra que el Señor tu Dios te da.
16 Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para el Señor tu Dios.
17 Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino cuando saliste de Egipto,
18 cómo te salió al encuentro en el camino, y atacó entre los tuyos a todos los agotados en tu retaguardia cuando tú estabas fatigado y cansado; y él no temió a Dios.
19 Por tanto, sucederá que cuando el Señor tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que el Señor tu Dios te da en heredad para poseerla, borrarás de debajo del cielo la memoria de Amalec; no lo olvides.
Salmos 116
1 Amo al Señor, porque oye mi voz y mis súplicas.
2 Porque a mí ha inclinado su oído; por tanto le invocaré mientras yo viva.
3 Los lazos de la muerte me rodearon, y los terrores del Seol vinieron sobre mí; angustia y tristeza encontré.
4 Invoqué entonces el nombre del Señor, diciendo: Te ruego, oh Señor: salva mi vida.
5 Clemente y justo es el Señor; sí, compasivo es nuestro Dios.
6 El Señor guarda a los sencillos; estaba yo postrado y me salvó.
7 Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque el Señor te ha colmado de bienes.
8 Pues tú has rescatado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, mis pies de tropezar.
9 Andaré delante del Señor en la tierra de los vivientes.
10 Yo creía, aun cuando decía: Estoy muy afligido.
11 Dije alarmado: Todo hombre es mentiroso.
12 ¿Qué daré al Señor por todos sus beneficios para conmigo?
13 Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre del Señor.
14 Cumpliré mis votos al Señor, sí, en presencia de todo su pueblo.
15 Estimada a los ojos del Señor es la muerte de sus santos.
16 ¡Ah, Señor! Ciertamente yo soy tu siervo, siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; tú desataste mis ataduras.
17 Te ofreceré sacrificio de acción de gracias, e invocaré el nombre del Señor.
18 Al Señor cumpliré mis votos, sí, en presencia de todo su pueblo,
19 en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya!
Isaías 52
1 Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tus ropajes hermosos, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo no volverán a entrar en ti.
2 Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén; líbrate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sion.
3 Porque así dice el Señor: De balde fuisteis vendidos y sin dinero seréis redimidos.
4 Porque así dice el Señor Dios: Mi pueblo descendió a Egipto al principio para residir allí; después los asirios sin motivo los oprimieron.
5 Y ahora, ¿qué hago yo aquí —declara el Señor— viendo que se llevan a mi pueblo sin causa? También declara el Señor: Sus dominadores dan gritos, y sin cesar mi nombre es blasfemado todo el día.
6 Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre; así que en aquel día comprenderán que yo soy el que dice: “Heme aquí.”
7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las buenas nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, y dice a Sion: Tu Dios reina!
8 ¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz, a una gritan de júbilo porque verán con sus propios ojos cuando el Señor restaure a Sion.
9 Prorrumpid a una en gritos de júbilo, lugares desolados de Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén.
10 El Señor ha desnudado su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
11 Apartaos, apartaos, salid de allí, nada inmundo toquéis; salid de en medio de ella, purificaos, vosotros que lleváis las vasijas del Señor.
12 Pues no saldréis precipitadamente, ni iréis como fugitivos; porque delante de vosotros irá el Señor, y vuestra retaguardia será el Dios de Israel.
13 He aquí, mi siervo prosperará, será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado.
14 De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres.
15 Ciertamente El asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante El; porque lo que no les habían contado verán, y lo que no habían oído entenderán.
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