Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Josué 1
1 Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, que el Señor habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo:
2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
3 Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés.
4 Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio.
5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
6 Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
7 Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
8 Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
9 ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
10 Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo, diciendo:
11 Pasad por medio del campamento y ordenad al pueblo, diciendo: “Preparad provisiones para vosotros, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el Señor vuestro Dios os da en posesión.”
12 Y a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué dijo:
13 Recordad la palabra que Moisés, siervo del Señor, os dio, diciendo: “El Señor vuestro Dios os da reposo y os dará esta tierra.”
14 Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado permanecerán en la tierra que Moisés os dio al otro lado del Jordán; pero vosotros, todos los valientes guerreros, pasaréis en orden de batalla delante de vuestros hermanos, y los ayudaréis,
15 hasta que el Señor dé reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también posean la tierra que el Señor vuestro Dios les da. Entonces volveréis a vuestra tierra y poseeréis lo que Moisés, siervo del Señor, os dio al otro lado del Jordán hacia el oriente.
16 Y ellos respondieron a Josué, diciendo: Haremos todo lo que nos has mandado, y adondequiera que nos envíes, iremos.
17 Como obedecimos en todo a Moisés, así te obedeceremos a ti, con tal que el Señor tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés.
18 Cualquiera que se rebele contra tu mandato y no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, se le dará muerte; solamente sé fuerte y valiente.
Salmos 120
1 En mi angustia clamé al Señor, y El me respondió.
2 Libra mi alma, Señor, de labios mentirosos, y de lengua engañosa.
3 ¿Qué se te dará, y qué se te añadirá, oh lengua engañosa?
4 Agudas flechas de guerrero, con brasas de enebro.
5 ¡Ay de mí, porque soy peregrino en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!
6 Demasiado tiempo ha morado mi alma con los que odian la paz.
7 Yo amo la paz, mas cuando hablo, ellos están por la guerra.
Salmos 121
1 Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5 El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá de todo mal; El guardará tu alma.
8 El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
Salmos 122
1 Yo me alegré cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor.
2 Plantados están nuestros pies dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
3 Jerusalén, que está edificada como ciudad compacta, bien unida,
4 a la cual suben las tribus, las tribus del Señor, (lo cual es ordenanza para Israel) para alabar el nombre del Señor.
5 Porque allí se establecieron tronos para juicio, los tronos de la casa de David.
6 Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman.
7 Haya paz dentro de tus muros, y prosperidad en tus palacios.
8 Por amor de mis hermanos y de mis amigos diré ahora: Sea la paz en ti.
9 Por amor de la casa del Señor nuestro Dios procuraré tu bien.
Isaías 61
1 El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros;
2 para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,
3 para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que El sea glorificado.
4 Entonces reedificarán las ruinas antiguas, levantarán los lugares devastados de antaño, y restaurarán las ciudades arruinadas, los lugares devastados de muchas generaciones.
5 Se presentarán extraños y apacentarán vuestros rebaños, e hijos de extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Señor; ministros de nuestro Dios se os llamará. Comeréis las riquezas de las naciones, y en su gloria os jactaréis.
7 En vez de vuestra vergüenza tendréis doble porción, y en vez de humillación ellos gritarán de júbilo por su herencia. Por tanto poseerán el doble en su tierra, y tendrán alegría eterna.
8 Porque yo, el Señor, amo el derecho, odio el latrocinio en el holocausto. Fielmente les daré su recompensa, y haré con ellos un pacto eterno.
9 Entonces su descendencia será conocida entre las naciones, y sus vástagos en medio de los pueblos; todos los que los vean los reconocerán, porque son la simiente que el Señor ha bendecido.
10 En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque El me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas.
11 Porque como la tierra produce sus renuevos, y como el huerto hace brotar lo sembrado en él, así el Señor Dios hará que la justicia y la alabanza broten en presencia de todas las naciones.
Acompañe la lectura del 179° día ingresando aquí.
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