Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Hebreos 9
1 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y el santuario terrenal.
2 Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados; éste se llama el Lugar Santo.
3 Y detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo,
4 el cual tenía el altar de oro del incienso y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto;
5 y sobre ella estaban los querubines de gloria que daban sombra al propiciatorio; pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle.
6 Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente al primer tabernáculo para oficiar en el culto;
7 pero en el segundo, sólo entra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia.
8 Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie;
9 lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto,
10 puesto que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y diversas abluciones y ordenanzas para el cuerpo, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
11 Pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación,
12 y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.
13 Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne,
14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
15 Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
16 Porque donde hay un testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador.
17 Pues un testamento es válido sólo en caso de muerte, puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador. 18 Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre.
19 Porque cuando Moisés terminó de promulgar todos los mandamientos a todo el pueblo, conforme a la ley, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo,
20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ordeno.
21 Y de la misma manera roció con sangre tanto el tabernáculo como todos los utensilios del ministerio.
22 Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
23 Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos.
24 Porque Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros,
25 y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
26 De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.
27 Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio,
28 así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
Amós 3
1 Oíd esta palabra que el Señor ha hablado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hizo subir de la tierra de Egipto, diciendo:
2 Sólo a vosotros he escogido de todas las familias de la tierra; por eso os castigaré por todas vuestras iniquidades.
3 ¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?
4 ¿Ruge un león en la selva sin tener presa? ¿Gruñe un leoncillo desde su guarida si no ha apresado algo?
5 ¿Cae un ave en la trampa en la tierra si no hay cebo en ella? ¿Se levanta la trampa del suelo si no ha atrapado algo?
6 Si se toca la trompeta en la ciudad, ¿no temblará el pueblo? Si sucede una calamidad en la ciudad, ¿no la ha causado el Señor?
7 Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
8 Ha rugido un león, ¿quién no temerá? Ha hablado el Señor Dios, ¿quién no profetizará?
9 Proclamad en los palacios de Asdod y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Congregaos en los montes de Samaria y ved los grandes tumultos dentro de ella y la opresión en medio suyo.
10 No saben hacer lo recto —declara el Señor— los que acumulan violencia y destrucción en sus palacios.
11 Por tanto, así dice el Señor Dios: Un enemigo, rodeando la tierra, echará abajo tu poder y tus palacios serán saqueados.
12 Así dice el Señor: Como el pastor rescata de la boca del león dos patas o un pedazo de oreja, así serán rescatados los hijos de Israel que moran en Samaria, en la esquina de una cama y en el damasco de un sofá.
13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob—declara el Señor Dios, el Dios de los ejércitos.
14 Porque el día que yo castigue las transgresiones de Israel, castigaré también los altares de Betel; los cuernos del altar serán cortados y caerán a tierra.
15 Derribaré también la casa de invierno junto con la casa de verano; también perecerán las casas de marfil, y muchas casas serán destruidas—declara el Señor.
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