Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
2° Crónicas 26
1 Y todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, que tenía dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de su padre Amasías.
2 El edificó a Elot y la restituyó a Judá después que el rey durmió con sus padres.
3 Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.
4 E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todo lo que su padre Amasías había hecho.
5 Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, quien tenía entendimiento por medio de la visión de Dios; y mientras buscó al Señor, Dios le prosperó.
6 Salió y peleó contra los filisteos, y derribó la muralla de Gat, la muralla de Jabnia y la muralla de Asdod; y edificó ciudades en la región de Asdod y entre los filisteos.
7 Y Dios lo ayudó contra los filisteos, contra los árabes que habitaban en Gurbaal y contra los meunitas.
8 Y los amonitas pagaron tributo a Uzías, y su fama se divulgó hasta la frontera de Egipto, pues llegó a ser muy poderoso.
9 Uzías edificó además torres en Jerusalén en la puerta del Angulo, en la puerta del Valle y en la esquina de la muralla, y las fortificó.
10 Edificó también torres en el desierto y excavó muchas cisternas, porque tenía mucho ganado, tanto en las tierras bajas como en la llanura. También tenía labradores y viñadores en la región montañosa y en los campos fértiles porque amaba la tierra.
11 Tenía también Uzías un ejército listo para la batalla, que salía al combate por divisiones conforme al número de su alistamiento, preparado por el escriba Jeiel y el oficial Maasías, bajo la dirección de Hananías, uno de los oficiales del rey.
12 El número total de los jefes de familia, guerreros valientes, era de dos mil seiscientos.
13 Y bajo su mando estaba un ejército poderoso de trescientos siete mil quinientos, que hacían la guerra con gran poder, para ayudar al rey contra el enemigo.
14 Uzías proveyó además a todo el ejército de escudos, lanzas, yelmos, corazas, arcos y hondas para tirar piedras.
15 Y en Jerusalén hizo máquinas de guerra inventadas por hombres hábiles para ponerlas en las torres y en las esquinas, para arrojar flechas y grandes piedras. Por eso su fama se extendió lejos, porque fue ayudado en forma prodigiosa hasta que se hizo fuerte.
16 Pero cuando llegó a ser fuerte, su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al Señor su Dios, pues entró al templo del Señor para quemar incienso sobre el altar del incienso.
17 Entonces el sacerdote Azarías entró tras él, y con él ochenta sacerdotes del Señor, hombres valientes,
18 y se opusieron al rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, Uzías, quemar incienso al Señor, sino a los sacerdotes, hijos de Aarón, que son consagrados para quemar incienso. Sal del santuario, porque has sido infiel y no recibirás honra del Señor Dios.
19 Pero Uzías, con un incensario en su mano para quemar incienso, se llenó de ira; y mientras estaba airado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del Señor, junto al altar del incienso.
20 Y el sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo miraron, y he aquí, tenía lepra en la frente; y le hicieron salir de allí a toda prisa, y también él mismo se apresuró a salir, porque el Señor lo había herido.
21 Y el rey Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa separada, ya que era leproso, porque fue excluido de la casa del Señor. Y su hijo Jotam estaba al frente de la casa del rey gobernando al pueblo de la tierra.
22 Los demás hechos de Uzías, los primeros y los postreros, fueron escritos por el profeta Isaías, hijo de Amoz.
23 Y durmió Uzías con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en el campo del sepulcro que pertenecía a los reyes, porque dijeron: Es leproso. Y su hijo Jotam reinó en su lugar.
Apocalipsis 13
1 El dragón se paró sobre la arena del mar. Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas; en sus cuernos había diez diademas, y en sus cabezas había nombres blasfemos.
2 La bestia que vi era semejante a un leopardo, sus pies eran como los de un oso y su boca como la boca de un león. Y el dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad.
3 Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada. Y la tierra entera se maravilló y seguía tras la bestia;
4 y adoraron al dragón, porque había dado autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella?
5 Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.
6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, es decir, contra los que moran en el cielo.
7 Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
8 Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.
9 Si alguno tiene oído, que oiga.
10 Si alguno es destinado a la cautividad, a la cautividad va; si alguno ha de morir a espada, a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos.
11 Y vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón.
12 Ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia, y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.
13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres.
14 Además engaña a los que moran en la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía* la herida de la espada y que ha vuelto a vivir.
15 Se le concedió dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia también hablara e hiciera dar muerte a todos los que no adoran la imagen de la bestia.
16 Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente,
17 y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre.
18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis.
Zacarías 9
1 Profecía de la palabra del Señor contra la tierra de Hadrac y Damasco, su lugar de reposo (porque hacia el Señor están puestos los ojos de los hombres y de todas las tribus de Israel),
2 y también Hamat, que linda con ella, y Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.
3 Tiro se ha edificado una fortaleza, y ha amontonado plata como polvo y oro como barro de las calles.
4 He aquí, el Señor la despojará, arrojará al mar su riqueza y ella será consumida por el fuego.
5 Ascalón lo verá y temerá, también Gaza, y se retorcerá con gran dolor, lo mismo Ecrón, pues su esperanza ha sido confundida. Además perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada.
6 Un pueblo bastardo habitará en Asdod, y yo destruiré el orgullo de los filisteos.
7 Quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes. Entonces él será también un remanente para nuestro Dios, será como una tribu en Judá, y Ecrón será como el jebuseo.
8 Y yo acamparé junto a mi casa como un guardián para que nadie vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor, porque ahora he visto con mis ojos.
9 Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.
10 Destruiré el carro de Efraín y el caballo de Jerusalén, y el arco de guerra será destruido. El hablará paz a las naciones, y su dominio será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
11 Y en cuanto a ti, por la sangre de mi pacto contigo, he librado a tus cautivos de la cisterna en la que no hay agua.
12 Volved a la fortaleza, oh cautivos de la esperanza; hoy mismo anuncio que el doble te restituiré.
13 Porque entesaré a Judá como mi arco, y cargaré el arco con Efraín. Incitaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te haré como espada de guerrero.
14 Entonces el Señor aparecerá sobre ellos, y saldrá como un rayo su flecha; el Señor Dios tocará la trompeta, y caminará en los torbellinos del sur.
15 El Señor de los ejércitos los defenderá; ellos devorarán y pisotearán las piedras de la honda, beberán y alborotarán como embriagados de vino, se llenarán como tazón de sacrificio, empapados como las esquinas del altar.
16 Los salvará el Señor su Dios aquel día como rebaño de su pueblo; porque como piedras de una corona brillan sobre su tierra.
17 Pues ¡cuánta es su gracia y cuánta su hermosura! El trigo hará florecer a los jóvenes y el mosto a las doncellas.
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