Conocer la Biblia es muy importante para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Éxodo 35
1 Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que el Señor ha mandado que sean hechas:
2 Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para el Señor; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá.
3 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo.
4 Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que el Señor ha mandado:
5 Tomad de entre vosotros ofrenda para el Señor; todo generoso de corazón la traerá al Señor; oro, plata, bronce,
6 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
7 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
8 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
9 y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
10 Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que el Señor ha mandado:
11 el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas;
12 el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda;
13 la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de la proposición;
14 el candelero del alumbrado y sus utensilios, sus lámparas, y el aceite para el alumbrado;
15 el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo;
16 el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios, y la fuente con su base;
17 las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio;
18 las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas;
19 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos para servir en el sacerdocio.
20 Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés.
21 Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda al Señor para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.
22 Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro al Señor.
23 Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía.
24 Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía al Señor la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio.
25 Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino.
26 Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra.
27 Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral,
28 y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático.
29 De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que el Señor había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria al Señor.
30 Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, el Señor ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;
31 y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte,
32 para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce,
33 y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa.
34 Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan;
35 y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.
Juan 15
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.
19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
21 Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
23 El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.
24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.
25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.
26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Proverbios 12
1 El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante.
2 El bueno alcanzará favor del Señor; mas él condenará al hombre de malos pensamientos.
3 El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; mas la raíz de los justos no será removida.
4 La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos.
5 Los pensamientos de los justos son rectitud; mas los consejos de los impíos, engaño.
6 Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre; mas la boca de los rectos los librará.
7 Dios trastornará a los impíos, y no serán más; pero la casa de los justos permanecerá firme.
8 Según su sabiduría es alabado el hombre; mas el perverso de corazón será menospreciado.
9 Más vale el despreciado que tiene servidores, que el que se jacta, y carece de pan.
10 El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel.
11 El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
12 Codicia el impío la red de los malvados; mas la raíz de los justos dará fruto.
13 El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación.
14 El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y le será pagado según la obra de sus manos.
15 El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio.
16 El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente.
17 El que habla verdad declara justicia; mas el testigo mentiroso, engaño.
18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
19 El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento.
20 Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; pero alegría en el de los que piensan el bien.
21 Ninguna adversidad acontecerá al justo; mas los impíos serán colmados de males.
22 Los labios mentirosos son abominación al Señor; pero los que hacen verdad son su contentamiento.
23 El hombre cuerdo encubre su saber; mas el corazón de los necios publica la necedad.
24 La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.
25 La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra.
26 El justo sirve de guía a su prójimo; mas el camino de los impíos les hace errar.
27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado; pero haber precioso del hombre es la diligencia.
28 En el camino de la justicia está la vida; y en sus caminos no hay muerte.
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