“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Malaquías 3:10
El pasaje bíblico deja muy claro que aquel que cree y se entrega verdaderamente al Señor Jesús, sigue hacia adelante, con la plena confianza de que Su Palabra se cumplirá y será decisiva en todos sus pedidos, principalmente en los momentos de amargura y tormento.
El Padre quiere nuestro bien. Él es el encargado de mostrarnos lo que es correcto, y nos cabe a nosotros aceptarlo o no.
El pasado martes 30, el obispo Edir Macedo, fundador y líder de la Universal en todo el mundo, destacó la importancia de la devolución de los diezmos a Dios. Durante el mensaje, trasmitido a través de IURD TV y Red Aleluya, destacó: “Dios no usa valores físicos, sino morales y espirituales juntamente con la justicia. El diezmo es una señal de justicia, y cuando se es fiel, la persona comienza a tener fuerza, coraje y fe para exigirle a Dios el cumplimiento de Sus promesas.”
Aquel que tiene confianza en el Señor Jesús y hace de Él su guía, no siente ningún tipo de miedo. Es necesario tener la convicción y la sabiduría de que para creer es necesario que haya una entrega total de cuerpo, alma y espíritu.
La persona que quiere estar en sintonía con Dios tiene que comenzar por los diezmos.”Cuando somos fieles, en los diezmos y en las ofrendas, estamos colocando al Señor Jesús en primer lugar en nuestra vida, primero que a la familia y que a los demás seres queridos”, afirmó.