Mirta sufrió desde muy joven, en silencio llevaba el peso de sus problemas familiares creyendo que así todo sería más fácil. Sin embargo, a medida que fue creciendo todo fue de mal en peor. Comenzó a sufrir fuertes dolores en todo el cuerpo los cuales la convirtieron en una persona muy agresiva.
Pero el dolor más grande lo sintió cuando recibió la noticia de que su padre había fallecido. A partir de ese momento su mundo se fue abajo, no tenía razón para vivir.
Pero no todo estaba perdido y una invitación muy especial sería el comienzo de una nueva vida…
Participe este viernes a las 8, 10, 12, 16 y 20 en AV. Corrientes 4070, Almagro o en una IURD más cerca y a través de su fe Dios transformará su vida.