¿Dejar o no dejar? ¿Prohibir? ¿Imponer límites o reglas? Los padres están cada día más confusos sobre cómo lidiar con los hijos. Tengan la idean que tengan, existe siempre el momento de permitir y de imponer límites. Pero, ¿cómo encontrar la manera y el momento correctos?
Según la psicóloga Katia Lopis, es complicado encontrar el equilibrio entre dejar que haga lo que quiere, para aprender con las experiencias, e imponer reglas. “Es muy difícil, pues si le prohíbe el amigo llega contando su experiencia y termina agudizando más las ganas. Los límites tienen que existir, pero pienso que todo está basado en una conversación abierta y muy franca.”
Katia enfatiza que es necesario colocar límites. “Mientras ellos no son capaces de tener actitudes y cargar sus consecuencias, como padres debemos imponer límites y explicarles que, por más que entendamos lo que ellos buscan, tenemos que hablar anticipadamente lo que pueden encontrar, ya que muchas veces las experiencias no son dulces.”
Por otro lado, claro que no hay comprensión de los hijos, sin embargo, ellos se sienten más seguros con la imposición de límites. “Los niños no son infelices con la imposición de reglas, al contrario, se sienten más seguros sabiendo lo que pueden o no hacer, y pudiendo prever lo que sucederá en caso de no cumplirlas.”
Para eso, los padres deben saber lidiar con la insatisfacción de los hijos al recibir una determinación. “Los padres que no toleran la frustración momentánea de sus hijos les enseñan que tendrán todo lo que deseen a cualquier costo y que cualquier sufrimiento es intolerable. Un límite no debe ser roto porque hubo alguna reacción negativa. Es natural que el niño pruebe los límites y es función del adulto mantener lo que fue combinado anteriormente. Los padres no deben ceder a causa de la insistencia del hijo, él no puede ganar por cansancio”, aclara Katia.
Para la psicóloga, hay formas de no ceder a la tentación de agradar al hijo. “Los límites deben ser respetados, mostrando las posibles consecuencias cuando no se cumplan. No se debe hacer alusión a una implicación que no podrá hacer valer ni establecer límites que no valen la pena ser cumplidos.”
Sin embargo, ella destaca que en los días actuales no es fácil para los padres llevar al pie de la letra lo que fue combinado, a causa de su falta de tiempo con el hijo. “Es muy importante resaltar que no siempre las reglas son cumplidas, ya que en los días de hoy contamos mucho con las adversidades de horarios, de rutinas de las familias, que muchas veces giran en torno a los niños, que pasan la mayor parte del tiempo lejos de los padres. En el momento de la imposición del límite viene la aflicción dentro del corazón, por saber que queda poco tiempo con el niño, y por eso los padres se sienten angustiados al castigarlo.”
Pero la falta de límites y el permiso excesivo pueden traer secuelas en el futuro. “Los resultados positivos y negativos son muchos y no son siempre los mismos para todos, pues difieren en la edad del niño, en el medio que lo influencia y hasta dónde los padres persisten en el límite o en el permiso. Sin embargo, concluyo diciendo que el límite es fundamental para la formación adulta del individuo, pues la vida se lo exigirá sin ninguna compasión”, finaliza Katia.
[related_posts limit=”10″]