Durante cientos de años y después de innumerables intentos, el diablo, junto a su ejército, ha intentado exterminar la Biblia.
La Palabra de Dios enfrentó contextos históricos muy difíciles y personajes dictoriales que se empeñaban en destruirla. Aun con todas las transformaciones que hubo en el mundo y los diferentes episodios que marcaron a la humanidad, la Biblia sigue prevaleciendo. Esto es realmente sorprendente, al tener en cuenta que un porcentaje muy reducido de libros sobrevive, como mucho, un siglo.
Importantes protagonistas de sucesos históricos del pasado quedaron en el olvido. Algunas de las teorías y filosofías que ellos formularon, hoy, ni siquiera se mencionan. Porque la verdad es que todo pasa, menos la Palabra de Dios.
Al saber que sus constantes ataques resultaron en vano, el diablo ha implementado estrategias para que las Sagradas Escrituras sean vistas de manera ridícula y, de este modo, convencer a las personas de que su contenido es anticuado. Aun así, vemos lo opuesto, porque lo que está escrito en la Biblia sigue siendo actual. Esto se debe a que no es cualquier libro, sino la Palabra del propio Espíritu Santo.
Ahora bien, si su vida está fundamentada en esta Palabra, al igual que ella, nada logrará destruirlo.
“El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán.” Marcos 13:31