Permítame una observación de una ley de la naturaleza que nos da una profunda lección para la vida.
Según definiciones de la química y de la física, el vacío es “la ausencia de materia en una cierta región del espacio”. Cuando todo es eliminado de un lugar de forma que literalmente nada exista allí, ni siquiera el aire, entonces tenemos vacío. En ese espacio, la presión es cero, pues no hay materia. Pero porque todo alrededor, fuera de ese espacio, está bajo presión física normal, el vacío atrae hacia sí las materias cercanas a él. Explicado de otra forma: la presión exterior “empuja” las materias hacia dentro del vacío.
Usted puede observar eso en la espiradora, donde existe un ventilador que “empuja” el aire interno hacia la parte de atrás de la aspiradora. Con eso, crea un vacío dentro de ella, provocando una reducción en la presión, la cual se hace menos que la presión del aire externo. Así, la presión atmosférica “empuja” el aire (y la suciedad) hacia dentro del aparato – facilitando ese molesto trabajo de limpiar la alfombra.
Usted también ve el vacío en acción en los envases de leche, de jugos, de café y de otros, donde ayuda a conservar los alimentos por la ausencia de aire. Y para una observación más simple: cuando usted toma todo el líquido de una botella directamente de la boca y al final traga también el aire que hay en ella, ¿qué sucede con su lengua? Es empujada hacia dentro de la botella, porque el vacío que usted abrió atrajo la lengua hacia adentro.
Muy bien, ahora la lección para la vida.
Así como en la física el vacío “pide” ser llenado, cada vez que usted deja un vacío en algún área (espacio) de su vida, este vacío también atraerá algo para sí.
Digamos que en el espacio que usted, como marido, debería ocupar en la vida de su esposa, deje un vacío. Usted es ausente, se ocupa demasiado con su trabajo, no se preocupa por su día a día, en fin, no le da atención. ¿Qué le parece que va a suceder?
Primero, existirá un vacío. Y ella va a notar eso en forma de sentimientos de abandono, de celos de usted con otras personas y de cosas que tienen más de su atención, de dudas acerca de si realmente la ama, y cosas así. Entonces, en el primer momento, ella podrá hacerle reclamos. “Quédate conmigo”, “No me amas”, ” ¿Por qué trabajas tanto y no tienes tiempo para mí?”, “¿Quién es esa mujer en tu celular?” – y cosas así.
Si el vacío permanece aún así, porque usted, como marido sin noción, no entiende sus reclamos, entonces eventualmente algo llenará ese vacío. Su esposa podrá pasar más tiempo en el shopping, o querer hacerse una cirugía plástica, o entrar en depresión, o incluso comenzar a apreciar la atención de ese muchacho que le dijo ‘hola’ en Internet.
Y use su imaginación para saber adónde va a llevar eso.
La cuestión entonces es que usted entienda que:
1. Para cada espacio, existe algo que puede ocuparlo
2. Las cosas buenas o malas pueden ocupar cualquier espacio; normalmente es lo que está más cercano
3. Si usted no llena los espacios en su vida con cosas buenas, las malas naturalmente los ocuparán
Eso explica la fuente de muchos sufrimientos y consecuencias malas en la vida de las personas. Extrapole eso en todas las áreas de su vida. En la vida espiritual, por ejemplo, ya debe haber oído decir que el ser humano tiene un espacio dentro de sí que solo Dios puede llenar. La constante insatisfacción de las personas que no buscan a Dios es una prueba de eso. Existen personas que lo tienen todo, pero que se sienten vacías, y existen las que no tienen nada, pero que se sientes llenas.
Piense bien sobre los espacios vacíos que usted ha dejado en su vida y en la vida de las demás personas que lo necesitan a usted. Busque llenarlos con las cosas apropiadas. Así eliminará y evitará muchos problemas de su vida.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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