“Hágase Tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo”.
El 3º Poder del Padre nuestro es fantástico, es sublime, porque la Voluntad de Dios fue, es y siempre será Buena, Agradable y Perfecta.
La voluntad de nosotros, los seres humanos, por mejor que sea, delante de la Voluntad de Dios no es buena. Por mejores que sean nuestras intenciones y planes y deseos, no son agradables como es la Voluntad de Dios. Aunque los planes y los deseos de todos los más de 8 mil millones de seres humanos que somos en la faz de la Tierra se juntaran con buena voluntad, nunca superaríamos a la Voluntad de Dios que es Perfecta.
Jesús dijo que la Voluntad de Dios es Superior y Mejor y Perfecta en todo, pero solo puede prevalecer en la vida de aquellos que se sujetan a Él.
Alguien dirá: “¿Cómo voy a hacer la Voluntad de Dios en una sociedad materialista, soberbia, ingrata, malvada, donde el dios de este mundo —Mammon, el dinero— es adorado en todos lados por todas las clases sociales?”
Por causa del dinero vemos lo que vemos: corrupción, maldad, guerras, injusticias en la sociedad e incluso dentro de nuestro propio hogar. El mal intenta reinar a través de Mammón haciendo que la gente valore más a las cosas que a las personas. Muchas familias han sido literalmente destruidas porque las personas valoran y buscan y consideran más a las cosas que se consiguen con dinero que a Dios.
Por eso dijo Jesús que no podemos servir a dos señores. ¡Vea qué libertador e interesante es esto! Él habló de Mammón y de Dios. Mammón representa a todo lo que vemos, deseamos y hasta necesitamos, cosas físicas, naturales, normales de la vida, pero a las que no debemos amar o buscar o valorar más que a Dios, porque así Lo desagradamos. Pero cuando agradamos a Dios desagradamos a Mammón, o a las cosas o a las personas.
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lucas 16:13
Cuando nos sujetamos a la Voluntad de Dios y Lo agradamos a Él somos liberados, realizados, protegidos y salvos. ¡Guarde eso por favor! Porque todos los días somos tentados y probados a hacer nuestra propia voluntad, la voluntad de los que nos rodean —que tienen su punto de vista, sus opiniones, su educación, sus necesidades— o la Voluntad de Dios.
Cuando Jesús enseña los Poderes del Padre nuestro, el 3º Poder es justamente este:
“Hágase Tu Voluntad”
En otras palabras, “que sea hecha Tu Voluntad” en el presente. Se yo la hice por décadas, anos, meses, semanas y días atrás, gracias a Dios pero debo hacer hoy, para que yo sea liberado, realizado, protegido y Salvo, HOY.
- Voluntad, yo tengo la mía, las personas tienen la suya, y el mal también tiene la suya, pero yo, como hijo y siervo de Dios, digo y afirmo: “Hágase Tu Voluntad… Aquí y ahora, Señor, no permitas que me corrompa por mis sentimientos, por mis pensamientos, por las opiniones ajenas, por las necesidades que tengo como ser humano aquí en la Tierra. Mi corazón dice que deserte, que huya, que me desespere, que me defienda, que me justifique, que busque a alguien a quien culpar, pero la Fe Viva e Inteligente en Ti me hace afirmar y confiar y creer que Tu Voluntad es mejor y superior que mis necesidades, que mis sentimientos, mi entendimiento, que mis inclinaciones, que mis capacidad, que mis costumbres, que mis manías.”
Cuando Él dice “Hágase Tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo” deja claro que en el Cielo no hay maldad, no hay problemas y todo es bueno y perfecto, todo es lindo. Incluso yo voy hacia allá. Es lo que más me gustaría, ir al Cielo. ¿Cuándo? Ahora mismo. Desde que recibí el Espíritu Santo —el Reino de Dios en mí— mi deseo más grande es irme a mi Hogar Celestial, pero, mientras estemos en la Tierra, siempre estaremos entre nuestra voluntad y la Voluntad de Dios. Y cada uno decide si va a hacer su propia voluntad, y a pensar y a hablar y a ser y a actuar a su manera, o si va a hacer la Voluntad de Dios y a pensar y a hablar y a hacer lo que Dios quiere que haga.
Cuando Jesús dice: “Hágase Tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo”, Él estar revelando que es posible servir a Dios en la Tierra como Él es servido en el Cielo, la diferencia es que acá en la Tierra tenemos problemas, tentaciones, imperfecciones, maldad, persecuciones, injusticias, enfrentamos dificultades, somos decepcionados por nosotros mismos y demás, ¿sí o no? ¡Cuántas veces usted se sorprendió de sus errores! Porque el ser humano es imperfecto. Pero cuando decidimos acá en el Tierra hacer la Voluntad de Dios, Él es Glorificado.
El 1º Poder del Padre nuestro es hacerse hijo de Dios.
Para que Él Sea Padre yo tengo que hacerme hijo. Mucha gente dice: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará”, pero Dios solo es Pastor de los que oyen Su Palabra y la practican. Él quiere Ser Pastor de todos, pero no obliga a nadie a oír y a practicar Su Palabra, Él respeta la decisión de cada uno, muchos Lo llaman “mi Pastor” pero les falta todo, incluso dignidad, obediencia, humildad hacia Dios.
Él sigue Siendo Pastor, pero es Pastor, como dice en el Evangelio de Juan, solamente de los que oyen Su Voz, Su Palabra, Lo siguen y practican Su Voluntad.
Mis ovejas oyen Mi Voz, y Yo las conozco y Me siguen; Juan 10:27
La Voluntad de Dios es Suprema, Sublime, Soberna, Santísima, pero no nos es impuesta, sino que nos es revelada por medio de Su Palabra, y uno la hace caso, cuando se hace hijo de Él.
“Padre nuestro, Santificado Sea Tu Nombre” es cuando uno valora Su Nombre más que a su propio nombre, más que al nombre de los famosos, de los religiosos, de los políticos, de los familiares, de los amigos. Hay gente más preocupada por agradar a sus seguidores en las redes sociales a los que nunca vio, por recibir likes de aprobación de ellos, que por recibir la aprobación de Dios, que dio Su Propria Vida para perdonar y salvar a uno, ¿y usted se há engañado, pensando que Dios no lo ve y no lo sabe?
Jesús deja claro que el 1º Poder del Padre nuestro es que seamos hijos y así Santifiquemos Su Nombre para que venga Su Reino, que es Su Espíritu Santo, sometiéndonos así a Su Liderazgo: “Señor, yo voy a ser liderado por Ti y ya no más por mí”. Entonces sí yo afirmo: “Sea hecha Tu Voluntad en í vida, acá en la Tierra como en el Cielo”.
¿Cuándo sé que estoy haciendo la Voluntad de Dios?
Siempre que actúa como Está Escrito, siempre que piensa, habla y pide a Dios como Está Escrito, Prometido, y como está en los Mandamientos y Promesas. Porque la Biblia está dividida en 2 partes: Mandamientos y Promesas. No en Antiguo y Nuevo Testamento, porque la Palabra de Dios no es antigua ni nueva, es siempre presente… Matthew 24:35 El cielo y la tierra pasarán, mas Mis Palabras no pasarán.
Cuando yo hablo con Dios, Le pido a Dios, sueño de acuerdo con lo que Está Escrito en Sus Promesas, estoy alineado con la Palabra de Dios y entonces estoy encuadrado en Su Voluntad. Entonces Dios me libera, me bendice, me realiza y me protege.
La Voluntad de Dios nos protege de nuestro primer enemigo, que es nuestro propio yo.
Muchos, incluso haciendo peticiones a Dios, no recibieron lo que pidieron, y la respuesta está en el 1º Poder del Padre nuestro, porque Él, como Padre, conoce su nivel espiritual, emocional, y no quiere poner en riesgo su alma, aunque usted pida algo de acuerdo con lo prometido por Él.
¿Usted le daría la llave del auto a su hija, a su princesita de 7 años a la que ama tanto? No.
¿El auto vale más que la niña? ¡No! Entonces, ¿por que no la deja manejar? Porque la ama más que a todo lo que tiene y su vida e integridad física son más importantes. Por eso no le da lo que ella quiere sino lo que ella necesita.
Así también es Dios. A veces usted Le pide algo a Dios, pero hay un tiempo para todo.
Hay personas en la vida cristiana que no quieren entender eso, o lo entienden pero no quieren aceptarlo, y quieren imponerle su voluntad a Dios: “tiene que ser ahora, a mi tiempo, a mi manera, a mi forma de ser…”
Y Dios, como Padre, nos ama, es Bueno, es Agradable, es Perfecto, pero no es débil, Él es Fuerte, es Maduro, es Superinteligente y no quiere que ninguno de nosotros se eche a perder. A algunos las bendiciones que conquistaron los echaron a perder, porque se acomodaron y se corrompieron: “Ahora con el trabajo —o la casa o el matrimonio o la salud o el negocio— de mis sueños ya no necesito más usar la fe para conquistar”. Usaron la fe para conquistar, pero no usaron la fe para someterse a la Voluntad de Dios.
Ahí está el peligro. Siempre que estemos fuera de la Voluntad de Dios corremos el riesgo de perder la Salvación, nuestra propia alma. El Espíritu Santo habla sobre esto en el versículo 2 del capítulo 12 del libro de Romanos:
“Y no os adaptéis a este mundo…”
El mundo quiere que adaptemos nuestras voluntades y nuestras prioridades a la sociedad, pero no debemos aceptar que nuestra voluntad sea como la del mundo. Quien llama Padre a Dios no debe adaptarse a este mundo…
“… sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente…”
Mediante la inteligencia, no es el fanatismo, no es la religiosidad, no es la honestidad, no es la caridad lo que va a hacer que sea hijo de Dios. Lo que hace que usted sea una persona protegida y salva, hija de Dios, es sujetarse a la Voluntad de Él.
“… para que verifiquéis —o experimentéis o disfrutéis— cuál es la Voluntad de Dios: lo que es Bueno, Aceptable y Perfecto”.
La Voluntad de Dios es Buena, es Agradable, es Perfecta, porque atiende a la necesidad de mi alma, de mi espíritu y de mi cuerpo, la trinidad humana. Nuestras voluntades no atienden a estas necesidades, sino a necesidades específicas, la Voluntad de Dios atiende a la necesidad trina del ser humano. Sea viejo o joven, pobre o rico, analfabeto o catedrático, todos tenemos necesidades en el espíritu, en el alma y el cuerpo y la Voluntad de Dios las atiende.
Hoy estamos acá porque Jesús hizo la Voluntad del Padre, ¡la Voluntad de Dios siempre fue, es y será la Mejor!
Obispo Júlio Freitas
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