Tener una buena relación con los compañeros de trabajo y jefes es una conducta esencial para que el profesional pueda desempeñar sus actividades y mantener un agradable clima todos los días en la empresa, ¿no es así? Sin embargo, siempre hay empleados que se exceden en la relación. Incluso puede parecer una broma, pero quién no conoce a ese compañero de trabajo que es un legítimo “adulador”. El individuo que vive elogiando a las personas que ocupan una posición de poder, con la intención de ganar algún beneficio o privilegio, un minuto de fama, un ascenso, un aumento de sueldo o la garantía de su empleo para sustentar un falso estatus.
Para el profesor Ricardo Fernandes, presidente de la Asociación Brasileña de Pricing (AB Pricing), el adulador forma parte de cualquier sociedad. “No es difícil encontrar al adulador en el ambiente corporativo, sin embargo, es necesario destacar que hay personas que son solícitas y serviciales naturalmente”, evalúa.
Según Fernandes, el “experto en adulación interesada”, puede incluso ser un buen empleado, pero emplea sus talentos de manera equivocada. “Él concentra su atención en el jefe y no en lo que el equipo y la organización esperan de un buen profesional. El problema es que el adulador puede terminar contaminando el ambiente de trabajo, pero, si hay este tipo de profesional, es porque muchas veces hay un jefe abierto a esta clase de conducta.”
El profesor afirma que una de las formas de enfrentar este tipo de problema es tener sentido común como palabra clave, evitar dar consejos que no hayan sido pedidos y no hacer comentarios vergonzosos. Para el empresario del rubro electrónico Dinart Alberto da Silva, de 45 años, este tipo de situación no ocurre en su empresa, porque él evalúa muy bien a los candidatos antes de contratarlos. “Además de esto, busco tratar a todos mis empleados de la misma manera sin favorecer a uno u otro. Aquí todo se conversa muy bien y es definido. Oriento a todos y estoy abierto a que me busquen si tuvieren cualquier tipo de problema”, revela.
Y esa conversación sincera parece ser exactamente el tono de cómo es el procedimiento dentro de la empresa de Dinart. El empleado Michel Teles, de 34 años, (en la foto al lado) cuenta que busca cumplir las reglas establecidas en el lugar de trabajo. “Cuando fui contratado me informaron cómo era la forma de trabajar aquí. Orientación no falta y nadie impone nada. Siempre se dice todo con claridad, lo que nos facilita seguir. Si hay algo que está equivocado, el jefe viene y conversa con nosotros, y si nosotros vemos algo que nos molesta también hablamos”, afirma.
No se puede olvidar que el adulador también puede tener otras características como ser chismoso, no tiene escrúpulos para ascender en el lugar donde se encuentra y no respeta el espacio de sus compañeros. Para frenar estas actitudes el mejor camino es, muchas veces, alejarse de este tipo de empleado y tratar de seguir las reglas de trabajo, teniendo sentido común, respetando límites y actitudes que pueden tomarse individualmente por jefes y subordinados, para que el ambiente en la empresa sea el mejor posible para el desempeño de las actividades.
¿Cómo debe ser un jefe?
• Trate a todos los empleados de la misma manera. De esta manera, usted no abre ninguna brecha a opiniones equivocadas con respecto al trato que le da a cada uno.
• Oriente a sus empleados con respecto a las reglas y a los procedimientos de la empresa sobre el trabajo que debe realizarse.
• Busque dar la mejor estructura disponible para la ejecución de las tareas diarias de sus empleados para que estén cerca del ideal.
• Converse periódicamente con todos para saber cuáles son las dificultades de cada uno al desempeñar sus actividades, y para poder ayudarlos.
• Envíe por e-mail los cambios en las rutinas de trabajo para que todos estén enterados y confirmen el recibimiento de las nuevas reglas.
• Responda siempre las peticiones de sus empleados. Eso aumenta la confianza de cada uno de ellos en la relación, incluso si la respuesta es negativa.
• Mantenga sus sentidos atentos todos los días para comprender el trabajo realizado por los empleados e incentívelos a enfrentar dificultades con sabiduría.
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