El medio ambiente, el Black Lives Matter, los derechos de los trabajadores, la violencia doméstica, la adopción de animales… La lista sigue y es muy larga. Muchos son los movimientos que han incitado y unido a personas, incluso de países y culturas diferentes, pero que tienen un objetivo, un ideal o una opinión en común para luchar por lo que creen. Estas causas, generalmente, son presentadas como un “bien común”, siempre con esa carátula de solución para los problemas enfrentados por algunos grupos de personas o por la sociedad en general.
Pero, a pesar de que la gran mayoría de esos movimientos tengan una propuesta atractiva y aparentemente muy justa, en la práctica están muy lejos de ser dignos de la participación de personas que se dicen cristianas. Sepa el motivo y profundícese en el tema al mirar el video (12 minutos).