Ayudar al prójimo es un acto que siempre hace bien, tanto para el que ofrece ayuda como para el que la recibe. Eso es un hecho.
Usted ya habrá oído miles de historias de personas que se dispusieron a ayudar sin al menos conocer a su prójimo. Fue exactamente lo que la policía Precious Cornner-Jones, de la ciudad de Indianápolis, la capital de Indiana, en Estados Unidos, hizo.
La imagen de ella acostada en el piso al lado de un niño (arriba) se viralizó en las redes sociales. En su perfil de Facebook, Precious explica que vio al niño tirarse al piso después de hacer una escena de capricho en público. Su madre se apartó y le explicó que así se estaba expresando últimamente el niño. Entonces, la policía decidió acostarse en el suelo también, para conversar con él. El niño comenzó a llorar y Precious lo consoló, secando sus lágrimas.
“Este amiguito estaba teniendo una mañana difícil y cayó en el piso. Vi a su madre atrás, mirando. Ella afirmó que él se estaba expresando de esa manera últimamente. Yo decidí estar a su nivel y hablar con él. Él comenzó a llorar, entonces limpié sus lágrimas y le dije que estaría todo bien”, cuenta la policía en la publicación.
Su función era mantener el orden en su lugar de trabajo, pero, por amor al prójimo, ella hizo más de lo que le correspondía y demostró que un simple gesto de amor y comprensión puede poner en orden la vida de una persona.
Imponiendo límites
A pesar de la actitud noble de la policía, hay algo que no se puede olvidar: es necesario que los padres impongan límites a sus hijos, para que ellos aprendan a respetarlos.
El conductor y conferencista Renato Cardoso explica, en su blog, lo necesario que es la imposición de límites a los hijos:
“Uno de los problemas más serios actualmente en los hogares donde hay hijos pequeños, adolescentes, o incluso adultos es la falta de límites. Los padres, ya sea por ignorancia, porque no quieren tener dolores de cabeza o simplemente para agradar a sus hijos, terminan dejando que sus hijos hagan lo que quieran, sin límites. A pesar de que no les guste que los padres impongan límites y reglas, los hijos lo necesitan. La inmadurez y la inclinación hacia el mal que todo niño y joven tienen son la receta para convertirse en desastres humanos si se los deja sin disciplina.”
Es importante destacar que disciplinar no significa no amar. La policía norteamericana trató al niño con amor y comprensión y puso la situación en orden.
Si usted ha tenido problemas con sus hijos y necesita ayuda, participe en las reuniones de la Universal, si es posible, con ellos. Usted verá como la Palabra de Dios, si es puesta en práctica, es capaz de transformar nuestros hogares. Encuentre una dirección más cercana a su casa ingresando aquí.
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