Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable.
El tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social.
Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad.
Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas malsanas (caramelos y cereales cubiertos de azúcar), comidas de preparación rápida y juguetes.
Los niños que miran demasiada televisión están en mayor riesgo de:
Sacar malas notas en la escuela. Leer menos libros. Hacer menos ejercicio. Tener sobrepeso. La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los jóvenes impresionables pueden asumir que lo que se ve en televisión es lo normal, es seguro y es aceptable.
En consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.
Pero los padres pueden ayudar a sus hijos a tener experiencias positivas con la televisión.
Los padres deben:
Mirar los programas con los hijos. Escoger programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño. Poner límites a la cantidad de tiempo que pasan ante la televisión (a diario y por semana).
Apagar la televisión durante la horas de las comidas y del tiempo de estudio.
Apagar los programas que no les parezcan apropiados para su niño. Además, los padres pueden hacer lo siguiente: no permitir a los niños mirar televisión durante horas de corrido; al contrario, deben seleccionar programas específicos para los niños, que sean adecuados para el nivel de desarrollo de su niño.
Los programas para niños son apropiados, pero las novelas, las comedias adultos y los talk shows para adultos no lo son. Establezcan ciertos períodos cuando el televisor esté apagado.
Las horas de estudio deben dedicarse al aprendizaje, no son para sentarse frente a la televisión mientras tratan de hacer la tarea. Las horas de las comidas son momento para conversar con otros miembros de la familia y no para mirar la televisión.
Estimule discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo cuando están mirando un programa juntos. Señáleles los comportamientos positivos como la cooperación, la amistad y el interés por otros. Mientras están mirando, hágale conexiones con la historia, libros, lugares de interés y eventos personales.
Hábleles de sus valores personales y familiares y cómo se relacionan con lo que están viendo en el programa. Pídale a los niños que comparen lo que están viendo con eventos reales. Déjeles saber las verdaderas consecuencias de la violencia.
Discuta con ellos el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra. Estimule a su niño para que se participe en pasatiempos, deportes y con amigos de su misma edad. Con la orientación apropiada, su hijo puede aprender a usar la televisión de una manera saludable y positiva.