Por medio de estos es posible madurar y fortalecer la fe, solo tenés que silenciar el sentimentalismo y decidir mirarlos de forma diferente
Los problemas son inevitables y suceden en la vida de todos. De un momento a otro, los conflictos y las pruebas surgen e, incluso cuando se solucionan, es suficiente una fracción de segundo para que nuevos desafíos aparezcan. Es como un callejón sin salida: No hay hacia donde escapar. Por eso, la manera de enfrentar el contratiempo, independientemente del grado de complejidad, y buscar una forma inteligente de mantenerse firme para superar los obstáculos, sean enfermedades, problemas económicos y familiares, sean humillaciones o cualquier injusticia.
Sin embargo, muchas mujeres, ante una situación difícil, eligen seguir la emoción, en lugar de usar las armas de la fe. De este modo, el miedo, la ansiedad y la preocupación contribuyen para que sus reacciones inmediatas sean negativas, lo que resume sus días a murmuraciones contra el problema y contra Dios. Ellas lloran, cuestionan, maldicen, insisten exigiendo una respuesta urgente e incluso piensan en desistir y salir de la iglesia, pero la verdad es que estas reacciones no contribuyen en nada y solo empeoran la situación.
Una forma de madurar
No todos los problemas son monstruos, de hecho, muchos pueden ser beneficiosos cuando son considerados como una oportunidad para aprender y madurar. Si no ponemos los sentimientos en el frente de batalla, tendremos la posibilidad de evaluarnos a nosotros mismos, identificar la verdadera condición de nuestra fe y fortalecerla por medio de la confianza en la promesa de Dios.
Decidí ver de manera diferente
Saber gloriarse en las tribulaciones no es una habilidad que todas las mujeres tienen. Solo logran madurar en la fe y confiar en Dios las que se mantienen en comunión con Su Palabra, que produce perseverancia, experiencia, esperanza (Romanos 5:3-5) y, principalmente, paz en medio de las dificultades. Además, tales características también son esenciales para el mantenimiento de la Salvación y es por lo que los problemas pueden ser una bendición, dependiendo de cómo los vemos. Y vos, ¿cómo ves tus problemas?
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Buenos días
Tu comentario está esperando ser moderado.tengo serios problemas económicos, fundamentalmente con los cargos en la tarjeta de crédito. y mis ingresos totales, no permiten afrontar la totalidad de los cargos .
Necesito que Dios escuche mi pedido y que me las bendiciones para solucionarlo. Amen