El Señor Jesús, al comenzar Su ministerio terrenal después de haber estado durante cuarenta días y cuarenta noches en el desierto ayunando, enseñó:
“… El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio”. Marcos 1:15
Lo primero que aprendemos con este versículo es que el tiempo de buscar a Dios es hoy, es ahora. No podemos estar viviendo en el pasado, condenándonos o pensando en quienes nos decepcionaron. Como está escrito en Eclesiastés 9:4: “Mientras hay vida hay esperanza…”. Entonces, buscá hoy Su presencia, porque el tiempo de tu Salvación es ahora.
Pero en estas palabras escritas en el evangelio de Marcos, también hay tres pedidos que el Señor Jesús les hace a quienes quieren ser ciudadanos de Su Reino.
1. BUSCÁ ENTRAR EN EL REINO DE DIOS
Ese Reino es el Espíritu Santo. Cuando priorizás recibirlo, cumplís Sus mandamientos, Sus leyes y preceptos, y obedecés Su Palabra. Al hacerlo, Él realiza Sus promesas en tu vida.
Si actuás pensando, hablando, comportándote como ciudadano del Reino de Dios, entonces el Espíritu Santo te guía a toda verdad y te enseña cómo convertirte en un hijo Suyo.
Debés saber que no todos los seres humanos son hijos de Dios, sino solo quien acepta al Señor Jesús como su único Señor y Salvador, quien cree en Él y Le obedece, quien honra Su Palabra, usa su fe y valora su alma.
2. ARREPENTITE Y BAUTIZATE
Cuando descendés a las aguas bautismales, sepultás tu vieja forma de ser, priorizando tu alma. Eso no significa perfección y el Creador tampoco la exige de nadie. Incluso, Él no obliga a nadie a entregarse a Él, pero extiende la invitación para todos. Aceptarlo es una decisión que cada uno debe tomar.
3. CREÉ EN DIOS Y SÉ FIEL A ÉL
Lo que el Señor espera de nosotros es acción. Por eso, tomá una decisión, cambiá la dirección de tu vida, priorizá tu alma y tu Salvación. Creé en Él, pero no de cualquier forma o solo de apariencia. Asumí tu creencia con hechos, obedecele.
Recordá: el tiempo de buscar el Reino de Dios es ahora y está al alcance de todos. Mañana puede ser demasiado tarde.
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